La provincia de Santa Cruz ha dado un paso histórico en la conservación de la fauna silvestre al prohibir, por primera vez, la caza de pumas, zorros grises y zorros colorados en todo el territorio provincial.
Esta decisión, publicada a través de una nueva resolución del Consejo Agrario Provincial (CAP), excluye a estas especies del listado de animales habilitados para la caza deportiva durante el año 2025, marcando un cambio significativo en las políticas de manejo de fauna en la región.
Un cambio basado en la ciencia
Marisol Espino, directora provincial de áreas protegidas del CAP, calificó la medida como un “hito histórico” para Santa Cruz. “Este año las cosas cambiaron y cambiaron basadas en la ciencia”, afirmó Espino, destacando que la decisión responde a un nuevo paradigma en materia de caza deportiva que prioriza la conservación de las especies autóctonas. Según especialistas, estas especies desempeñan un rol crucial en el equilibrio de los ecosistemas patagónicos, actuando como controladores naturales de poblaciones de otras especies y contribuyendo a la biodiversidad.
La resolución se alinea con la ley provincial 3.367, sancionada en mayo de 2024 y promulgada por el Ejecutivo, que declara “de interés público la evaluación, protección, propagación, repoblación y aprovechamiento racional de las especies de fauna silvestre” que habitan en Santa Cruz, ya sean autóctonas, introducidas o que hayan vuelto a la vida salvaje. Esta normativa protege a todas las especies animales que viven libres e independientes del hombre, incluyendo aquellas originalmente domésticas que hayan retornado a su estado salvaje.
Antecedentes y críticas previas
La ley 3.367 había generado controversia el año pasado al permitir la caza de un ejemplar de puma, un zorro gris y un zorro colorado por semana, lo que desencadenó críticas de organizaciones ambientalistas y sectores de la sociedad que veían en ello una amenaza para las poblaciones de estas especies. Según datos del CAP, el puma (Puma concolor) y los zorros grises y colorados (Lycalopex griseus y Lycalopex culpaeus) han enfrentado presiones significativas en las últimas décadas debido a la pérdida de hábitat, el conflicto con actividades ganaderas y la caza deportiva. La nueva resolución busca revertir esta tendencia y garantizar su protección.
Especies permitidas para la caza en 2025
A pesar de la prohibición de cazar pumas y zorros, el CAP especificó qué especies sí estarán permitidas para la caza deportiva entre el 1 de abril y el 31 de agosto de 2025. Entre las especies autóctonas, solo se autorizó la caza del guanaco (Lama guanicoe), con un límite de hasta dos ejemplares por día. El guanaco, abundante en la región, es considerado una especie clave para el ecosistema patagónico, pero su población es monitoreada para evitar impactos negativos.
Por otro lado, se permitirá la caza sin límite de especies invasoras exóticas que representan una amenaza para el equilibrio ecológico, como el visón americano (Neovison vison), la liebre europea (Lepus europaeus), el conejo europeo (Oryctolagus cuniculus) y el jabalí (Sus scrofa). Estas especies, introducidas históricamente en la región, han causado problemas al competir con la fauna nativa y dañar los ecosistemas locales, por lo que su control es una prioridad para las autoridades.
Contexto y desafíos
La decisión de Santa Cruz se enmarca en un contexto más amplio de preocupación por la conservación de la biodiversidad en la Patagonia argentina, una región rica en fauna pero vulnerable a los efectos del cambio climático, la actividad humana y la introducción de especies exóticas. Según un informe de la Fundación Vida Silvestre Argentina, el puma ha sido históricamente perseguido por su interacción con el ganado, lo que ha reducido sus poblaciones en varias zonas del país. La prohibición de su caza podría ayudar a estabilizar su número y reducir los conflictos con los productores ganaderos mediante la implementación de medidas alternativas, como cercos eléctricos y programas de coexistencia.
Organizaciones ambientalistas celebraron la medida, aunque advirtieron que su éxito dependerá de una fiscalización efectiva y de campañas de concientización para la población local. “Es un avance muy importante, pero ahora hay que asegurarse de que se cumpla y de que se invierta en educación para que la comunidad entienda la importancia de estas especies”, señaló Ana Torres, bióloga de la Red Patagonia Silvestre.
Un paso hacia la sostenibilidad
La resolución del CAP refleja un cambio de enfoque en la gestión de la fauna silvestre en Santa Cruz, priorizando la conservación y el manejo sostenible de las especies autóctonas. Sin embargo, el desafío será encontrar un equilibrio entre la protección de la biodiversidad y las actividades económicas, como la ganadería, que a menudo entran en conflicto con la fauna nativa. Mientras tanto, esta medida posiciona a Santa Cruz como una provincia pionera en la protección de depredadores clave, sentando un precedente que podría inspirar a otras regiones del país a adoptar políticas similares.