Cada vez va a ser más habitual ver vehículos a hidrógeno. La tecnología no es nueva: el primero lo inventó el ingeniero belga Étienne Lenoir en 1863. Pero es ahora, más de 160 años después, cuando el hidrógeno renovable pisa el acelerador y se abre paso como combustible sostenible.
Europa será el primer continente neutro en carbono en 2050. Para avanzar en este reto colectivo, es crucial descarbonizar el transporte, origen de una cuarta parte de las emisiones de CO₂. Y el hidrógeno verde va a jugar un papel fundamental. Ese es el objetivo que ha marcado la Comisión Europea: una meta de REPowerEU es que el transporte europeo se transforme y consuma en torno a cinco millones de toneladas de hidrógeno renovable en 2030.
La demanda ya existe, como respaldan los resultados de la primera subasta del Banco Europeo del Hidrógeno: cerca de una tercera parte de los proyectos presentados están destinados a cubrir demanda del sector de la movilidad. Para la próxima subasta, 200 millones de euros se reservarán a proyectos que descarbonicen el transporte naval.
Desde el próximo año, el sector marítimo ya tendrá que reducir la intensidad de sus emisiones, un 2% en 2025, según el Reglamento europeo FuelEUMaritime. Un porcentaje que irá escalando hasta llegar al 80% en 2050.
También la Directiva RED III introduce objetivos de consumo de hidrógeno para el transporte. En la automoción, en 2030 el 1% de los combustibles deberán ser renovables de origen no biológico, fundamentalmente hidrógeno verde y derivados. Puede parecer un porcentaje pequeño, pero si tomamos como referencia el volumen de combustible de automoción consumido en España en 2023, con ese 1% estamos hablando de 100.000 toneladas de hidrógeno.
A los precios actuales del combustible, el hidrógeno verde ya es competitivo. Y lo es más a mayor distancia recorrida. El consumo de un automóvil en ciudad puede situarse en torno a un kilogramo de hidrógeno cada 100 kilómetros y su equivalente de combustión alrededor de 6 litros de gasolina. En los resultados de la primera subasta del Banco Europeo del Hidrógeno, el precio medio de producción de los proyectos de España es de 5,8 euros/kg. Las cifras son ya muy esperanzadoras.
Si bien el vehículo eléctrico es previsible que tenga un gran protagonismo en la movilidad urbana, en el caso del transporte pesado, especialmente difícil de electrificar por el considerable tamaño de las baterías que requiere y también por los elevados tiempos de carga, es indudable que el hidrógeno verde va a ser el vector más competitivo.
A medida que se extienda la red de recarga, el hidrógeno se utilizará cada vez más. En seis años veremos hidrogeneras en cada ciudad europea y cada 200 kilómetros de las principales carreteras de la UE, según obliga el Reglamento sobre infraestructura de combustibles alternativos. En España, un objetivo País definido en la Hoja de Ruta del Hidrógeno del Gobierno es que en 2030 contemos con más de 100 hidrogeneras.
En el largo plazo, parece que el transporte aéreo será el sector en el que el hidrógeno verde levantará el vuelo con mayor fuerza. En su Energy Outlook 2024, Bloomberg subraya que en 2050 la aviación supondrá en torno a un 25% de la demanda de hidrógeno en el mundo. El porcentaje de combustibles sostenibles (SAF) será cada vez mayor: del 6% en 2030 hasta un 70% en 2050, según el Reglamento europeo Refuel Aviation.
El hidrógeno será, en definitiva, imprescindible para descarbonizar el transporte, del mismo modo que lo será para la industria. El hidrógeno es el único vector energético idóneo para descarbonizar todos los modos de transporte. Para que esto sea posible, las autopistas del hidrógeno, es decir, los corredores para transportarlo desde los puntos de producción a los de demanda, son cruciales.
La infraestructura española de hidrógeno que Enagás está impulsando será clave para un sector con un fuerte peso en la economía nacional. Y formará parte, junto con el primer corredor de Europa que promovemos con nuestros homólogos de Portugal, Francia y Alemania, de la futura red de hidrógeno de la UE.
La Comisión Europea, en el reciente informe The renewable hydrogen potential of the lberian Corridor, destaca el inmenso potencial de España como hub de hidrógeno y posiciona este corredor como gran infraestructura europea. Las infraestructuras posibilitarán que España, y Europa, lideren la senda hacia una movilidad limpia y sostenible. Tenemos ante nosotros una oportunidad única.