Se cayó el rutilante avance de los bonos vinculados con el cambio climático… pero no tanto

Finanzas Verdes

Luego de crecer un 68% en 2021, las emisiones del año pasado bajaron un 13%
Por primera vez desde su creación, el año pasado se redujo la emisión de bonos verdes, sociales, sostenibles y de sostenibilidad en comparación con el año anterior. Fue la consecuencia de la serie de factores que golpearon a los mercados de capitales, sean del color que fueran: la inflación mundial, el endurecimiento de la política monetaria de la Reserva Federal, la fortaleza del dólar, así como la guerra en Ucrania.

Sin embargo, la caída de los bonos GSSS (Green, Social, Sustainability and Sustainability-Linked Bonds) resultó ser muy inferior a la ocurrida en el mercado global. Es decir que los títulos pensados en financiar el cambio climático resultaron ser más resistentes que el mercado de capitales general.

El dato surge de la quinta edición del Emerging Market Green Bonds Report, realizado por la Corporación Financiera Internacional (IFC por sus siglas en inglés, miembro del Grupo Banco Mundial) y el fondo francés Amundi (el mayor de Europa) que cuantifica el valor de los bonos GSSS emitidos el año pasado en 877.000 millones de dólares, con una reducción del 13% respecto a 2021 cuando crecieron el 68%. Lo notable fue que el mercado de bonos GSSS demostró ser más resistente que el mercado de renta fija (más grande) que, a consecuencia de las incertidumbres internacionales ya mencionadas, que registró una caída del 26% frente al año anterior. El año pasado fue uno de los cinco en 100 años donde cayeron tanto los bonos del Tesoro de Estados Unidos como el S&P 500.

El informe muestra que los bonos GSSS funcionaron mejor en los mercados desarrollados frente a los mercados emergentes, con excepción de China, que resultó ser la única economía emergente que aumentó sus colocaciones en 2022. El gigante asiático se involucró en el 98% de las emisiones totales de GSSS en 2022, por lo que se convirtió en el mayor emisor de bonos atados al cambio climático a nivel mundial, un 61% más que el año anterior y con un total de 68.000 millones de dólares en emisiones.

A nivel mundial, los bonos verdes siguen siendo el segmento más atractivo, representando el 56% del mercado GSSS. Después de China, Oriente Medio y África del Norte se convirtieron en los mayores emisores de bonos verdes. Los países del sur y este de Asia (excluyendo China) registraron una merma del 33% de sus emisiones. Y los latinoamericanos tuvieron una caída del 49%, es decir un porcentaje similar a los países de Europa del Este y Asia Central, donde la emisión de bonos verdes se redujo a la mitad en 2022 en comparación con 2021. Los bonos vinculados a la sostenibilidad se convirtieron en el sub segmento más grande en los mercados emergentes (excluyendo China) con el 41% de la emisión total.

La mayoría (44%) de los emisores de bonos verdes invirtieron el dinero recaudado en proyectos de energía renovable. En segundo lugar, estuvieron los proyectos de transporte (22% de los ingresos de bonos verdes). Otros segmentos que recibieron diferentes fondos de bonos verdes fueron edificios verdes (11%), agua (10%), residuos (7%), mientras que al uso de la tierra se le asignó solo el 3% de la liquidez obtenida de los bonos verdes en los mercados emergentes.

Finalmente, el informe se juega y hace un lacónico pronóstico: “la emisión de bonos verdes se recuperará en 2023, creciendo un 14% interanual en los mercados emergentes fuera de China, antes de disminuir a un aumento más modesto del 11% en 2024. Sin embargo, incluir a China en las perspectivas presenta una imagen marcadamente diferente debido a su peso económico. Esperamos que el crecimiento de la emisión de bonos verdes para la categoría más amplia de mercados emergentes, incluida China, experimente una caída del 1% en 2023, seguida de una recuperación de alrededor del 11% en 2024, lo que elevará el aumento acumulado a alrededor del 10% en los próximos dos años”, consigna.

Latest Posts