El pasado 14 de abril, Blue Origin, la compañía aeroespacial de Jeff Bezos, llevó a cabo el vuelo NS-31, marcando un hito al enviar al espacio a la primera tripulación completamente femenina desde 1963. Las seis pasajeras, todas millonarias y figuras destacadas, fueron la cantante Katy Perry, la periodista de CBS Gayle King, Lauren Sánchez (prometida de Bezos y ex presentadora de televisión), la ingeniera aeroespacial Aisha Bowe, la activista Amanda Nguyen y la productora Kerianne Flynn. El vuelo, que despegó desde Van Horn, Texas, alcanzó los 106 kilómetros de altura y permitió a los tripulantes experimentar cuatro minutos de ingravidez durante los 11 minutos de trayecto.
¿Cuál era el objetivo de una tripulación exclusivamente femenina? ¿se cumplió el objetivo?
El de Blue Origin y Lauren Sánchez, quien seleccionó a las pasajeras, fue inspirar a las nuevas generaciones de mujeres a involucrarse en los campos STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) y promover la equidad de género en la exploración espacial. Sánchez, quien lleva años abogando por la inclusión femenina en la industria aeroespacial, señaló que quería que el vuelo sirviera como un mensaje poderoso para las niñas, demostrando que “el espacio también es un lugar para las mujeres”. Katy Perry, por su parte, expresó que el objetivo era “hacer espacio para las mujeres del futuro”, mientras que Gayle King destacó su intención de motivar a jóvenes a soñar en grande.
El vuelo logró captar la atención mundial y generó un amplio debate sobre la representación femenina en el espacio. Sin embargo, su éxito en inspirar a nuevas generaciones es cuestionado. Para algunos, el vuelo representa un paso simbólico hacia la equidad de género y un momento inspirador para las jóvenes. Sin embargo, muchas figuras públicas y usuarios en redes sociales lo han criticado como un espectáculo elitista. La periodista Jessica Grose, de The New York Times, calificó el vuelo como un “gesto vacío”, argumentando que no aborda las barreras estructurales que enfrentan las mujeres en STEM, como la falta de financiamiento para programas educativos. Celebridades como Amy Schumer, Olivia Wilde y Emily Ratajkowski expresaron su descontento: Schumer se burló del vuelo en un video sarcástico en Instagram, mientras que Ratajkowski lo llamó “parodia de los últimos tiempos” y “glotonería”. Olivia Munn, en una aparición en Today With Jenna and Friends, cuestionó su propósito, diciendo: “¿Qué van a hacer allá arriba que mejore las cosas aquí abajo?”. En redes sociales, usuarios compararon las emisiones del vuelo con las de Taylor Swift durante su gira Eras Tour, argumentando que no contribuyó nada a la sociedad mientras millones enfrentan problemas terrenales como el costo de vida, la contaminación del planeta y el desempleo.
Aisha Bowe, en cambio, defendió el impacto del vuelo, afirmando haber recibido cientos de mensajes de niñas que se sintieron motivadas al ver a mujeres como ellas en el espacio. También algunas organizaciones educativas, como Girls Who Code, elogiaron la misión de visibilizar a mujeres en roles de liderazgo.
¿Cuánto fue el costo del vuelo?
Blue Origin no ha revelado cifras exactas, pero el costo de un vuelo como el NS-31 se estima en alrededor de 10.000 millones de dólares, considerando desarrollo, infraestructura y logística. En cuanto al costo por pasajera, los boletos de Blue Origin suelen oscilar entre varios millones de dólares: en 2021, un asiento en un vuelo similar se subastó por 28 millones de dólares, aunque el depósito inicial es de 150.000 dólares. No está claro si los tripulantes pagaron sus boletos o si Blue Origin cubrió los costos como parte de una campaña promocional para superar la misión.
¿Qué daño causó al medio ambiente?
Aunque el cohete New Shepard de Blue Origin utiliza hidrógeno y oxígeno líquido, lo que no genera emisiones directas de dióxido de carbono, su impacto ambiental es significativo. Según un estudio del Informe sobre la Desigualdad Mundial de 2021, un vuelo espacial de 11 minutos emite al menos 75 toneladas de carbono por pasajero, equivalente a las emisiones de una persona promedio durante toda su vida. Además, la producción de combustible y la construcción del cohete generan unas 50 toneladas de CO₂ adicionales antes del lanzamiento. La científica Eloise Marais, de University College London, señaló que el vapor de agua liberado en la atmósfera superior puede formar nubes que atrapan calor, y los óxidos de nitrógeno emitidos afectan la capa de ozono, con efectos que persisten entre 2 y 3 años.
¿Cuál es la opinión sobre el daño ambiental?
El impacto ambiental del vuelo ha generado críticas contundentes. Organizaciones como Carbon Market Watch han advertido que el turismo espacial, si se expande, podría tener un efecto “devastador” en el clima, especialmente por la falta de regulaciones internacionales sobre emisiones de cohetes. Marais destacó que estas emisiones son desproporcionadas en comparación con las de un vuelo comercial de larga distancia, que emite unas 0,75 toneladas de CO₂ por pasajero. Gayle King, al regresar, reflexionó sobre la necesidad de “cuidar mejor el planeta”, pero sus palabras fueron recibidas con escepticismo por activistas que ven hipocresía en un vuelo que contribuye al problema. En redes sociales, muchos usuarios expresan indignación, argumentando que el turismo espacial es un lujo insostenible en medio de una crisis climática global.
¿Se planea otro vuelo "significativo"?
Blue Origin ha anunciado planes para futuros vuelos con multas simbólicas y educativas. Según un comunicado de la empresa, están trabajando en una misión para 2026 que llevará a estudiantes de comunidades subrepresentadas al espacio, en colaboración con organizaciones como la Fundación STEM Next Opportunity. Además, Lauren Sánchez mencionó en una entrevista reciente que le gustaría organizar un vuelo para madres trabajadoras que hayan superado adversidades, con el objetivo de resaltar sus historias de resiliencia. Aunque estos planos buscan un enfoque más inclusivo, aún no se han detallado cómo abordarán las preocupaciones ambientales ni cómo garantizarán un impacto más significativo en la sociedad.
El vuelo de las seis millonarias ha puesto al turismo espacial en el centro del debate, dejando preguntas abiertas sobre su verdadero valor en un mundo que enfrenta desafíos urgentes en la Tierra. Mientras Blue Origin celebra el hito, la discusión sobre el equilibrio entre inspiración, privilegio y sostenibilidad sigue más viva que nunca.