Fue tapa de la revista Time: lograron la primera "desextinción" del lobo “terrible”

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En un hito histórico para la ciencia, la empresa biotecnológica estadounidense Colossal Biosciences anunció este lunes la "desextinción" del lobo “terrible” (Canis dirus); una especie extinta desde hace más de 12.500 años, conocida por inspirar a los emblemáticos lobos huargos de la Casa Stark en la popular serie de televisión Juego de Tronos.

Este logro marca la primera vez que un animal extinto es traído de vuelta a la vida; un avance que combina técnicas de edición genética con la imaginación que cautivó a millones de fanáticos de la fantasía. El nacimiento de estos lobos no es un acto de resurrección, sino una proeza de ingeniería genética. No son clones. Son, más bien, híbridos cuidadosamente ensamblados con fragmentos de ADN antiguo y herramientas de precisión biotecnológica. Y detrás de esta hazaña se encuentra Colossal Biosciences, una empresa valuada en 10.200 millones de dólares que hizo de la “desextinción” su mascarón de proa.

Nacieron tres cachorros que fueron bautizados como Rómulo, Remo y Khaleesi — este último en honor a la protagonista de Juego de Tronos —, a través de un proceso que involucró la edición genética de células de lobo gris. Dos nacieron el 1 de octubre de 2024, llamados Rómulo y Remo. Y el 30 de enero de este año llegó al mundo Khaleesi. Los científicos utilizaron ADN extraído de fósiles, específicamente de un diente de 13.000 años y un cráneo de 72.000 años, para identificar y modificar 20 diferencias clave en 14 genes responsables de las características distintivas del lobo “terrible”. Entre estas características se encuentran un tamaño hasta 25% mayor que el de los lobos grises, un pelaje claro y grueso, una cabeza más ancha, dientes más grandes, hombros más poderosos y patas musculosas.

El proceso comenzó con la extracción de células madre de la sangre de un lobo gris, cuyo genoma fue editado mediante la revolucionaria técnica CRISPR. Posteriormente, los núcleos de estas células modificadas, fueron introducidos en óvulos vaciados de su contenido genético, dando lugar a 45 embriones. Estos embriones fueron implantados en hembras caninas, de las cuales dos dieron a luz a Rómulo y Remo, mientras que una tercera gestó a Khaleesi. Según la compañía, los cachorros exhiben un comportamiento característico de lobos, diferenciándose claramente de los perros.

Un vínculo con la cultura pop y el ecosistema del Pleistoceno

El lobo “terrible”, que habitó el continente americano durante el Pleistoceno (hace entre 3,5 y 2,5 millones de años) se extinguió al final de la última glaciación, hace unos 13.000 años. En la cultura popular, esta especie fue inmortalizada como el lobo huargo en la serie Juego de Tronos, la adaptación de HBO de las novelas de George R.R. Martin, quien además se desempeña como asesor cultural de Colossal Biosciences. Martin destacó la relevancia de este proyecto al señalar que, aunque muchos ven a estos lobos como criaturas mitológicas de un mundo de fantasía: “tienen una rica historia de contribución al ecosistema americano”. Más allá de la serie, los “lobos terribles” también aparecieorn en juegos de rol como Calabozos y Dragones y videojuegos como World of Warcraft.

Colossal Biosciences, cofundada por el reconocido biólogo de Harvard George Church, celebró este logro como un paso hacia la conservación y restauración de ecosistemas. La empresa compartió un video en la red social X donde se puede ver a Rómulo y Remo aullando, mostrando su vitalidad. Actualmente, los tres cachorros — Rómulo, Remo y Khaleesi — están siendo cuidados en una reserva ecológica certificada por la American Humane Society, cuya ubicación no fue revelada para protegerlos de la atención pública, según informó la revista Time. La reserva cuenta con zonas de interacción vigiladas por cámaras en directo, personal de seguridad y drones para garantizar el bienestar de los animales.

Un futuro de desextinciones y debates científicos

El objetivo de Colossal no se detiene aquí. La compañía, que también planea “desextinguir” al mamut lanudo en 2028 y al tigre de Tasmania utilizando vientres de animales actuales como elefantes, ve en esta tecnología usa herramienta para preservar especies en peligro de extinción. Ya logró crear ratones con pelajes inspirados en los genes del propio coloso ártico. La clave: aplicar las mismas técnicas de edición genética que dieron vida al lobo gigante, pero con células madre de elefante asiático, su pariente vivo más cercano. Sin embargo, el anuncio genera interrogantes en la comunidad científica, ya que la empresa no ha publicado un estudio revisado por expertos independientes, un estándar esencial para validar descubrimientos de esta magnitud. Además, aún es un enigma qué tan parecidos son estos cachorros a los verdaderos lobos “terribles” que poblaron la Tierra hace milenios.

La portada de la revista Time dedicó su edición a esta noticia con la palabra “Extinto” tachada y fotografías de los lobos sobre un trono similar al de Juego de Tronos, simbolizando la conexión entre la ciencia y la fantasía. Este hito, que parece sacado de una película de ciencia ficción, abre un nuevo capítulo en la biotecnología y plantea preguntas éticas y ecológicas sobre el impacto de traer de vuelta a especies extintas. Mientras tanto, Rómulo, Remo y Khaleesi se convierten en los primeros embajadores de un futuro donde lo que una vez se perdió podría volver a caminar entre nosotros. Aunque todavía hay quienes cuestionan la ética o la viabilidad ecológica de devolver a la existencia especies desaparecidas, lo que está claro es que la ciencia ha cruzado un umbral espinoso, tanto a nivel técnico como ético.