Dentro de una instalación gubernamental de alta seguridad en Oak Ridge, Tennessee, Estados Unidos, un proceso complejo y extremadamente técnico está en marcha, uno que fusiona la historia con el futuro de la energía nuclear.
En este laboratorio, que jugó un papel crucial en el desarrollo de la primera bomba atómica durante el Proyecto Manhattan, los científicos están llevando a cabo una tarea que antes habría sido impensable: reciclar ojivas de proyectiles nucleares no utilizadas, transformando antiguos símbolos de destrucción en una fuente potencial de energía limpia.
Cómo es el procedimiento
El procedimiento, involucra la manipulación de uranio procedente de armas nucleares, el cual se convierte en combustible nuclear avanzado a través de un proceso que funde el material en un caldero a altísimas temperaturas de aproximadamente 1.370°C.
El corazón de este proceso es un crisol masivo, un caldero metálico que, al calentarse, transforma el uranio apto para armas en una mezcla fundida. A partir de este material, el uranio resultante se convierte en un compuesto sólido que, sorprendentemente, es seguro de manipular con las manos una vez enfriado.
A simple vista, el combustible terminado se asemeja a trozos de carbón negro, pero su contenido representa el futuro de la energía nuclear. Este proceso involucra tecnología avanzada, pero sobre todo un cuidadoso manejo del legado nuclear de Estados Unidos.
La finalidad de este proyecto
El objetivo de este reciclaje nuclear es ambicioso: transformar el uranio altamente enriquecido de ojivas nucleares en un combustible de bajas emisiones de carbono que alimente los reactores nucleares de próxima generación.
Estos reactores, diseñados para ser más pequeños y eficientes que las plantas nucleares tradicionales, requieren un tipo especial de uranio, conocido como uranio poco enriquecido de alto ensayo (o también HALEU), que se encuentra entre el 5% y el 20% de enriquecimiento.
Este tipo de combustible es crucial para los nuevos diseños de reactores, los cuales no solo demandan menos espacio físico, sino que también son más fáciles de mantener y más económicos de construir.
La industria nuclear busca expandirse rápidamente en los próximos años, con el fin de cumplir con los objetivos de seguridad energética y reducir las emisiones de gases contaminantes que atrapan el calor en la atmósfera y contribuyen al cambio climático.
“Necesitamos una base de electricidad limpia y estable, y la energía nuclear nos la proporciona. Para satisfacer nuestras necesidades de seguridad energética y nuestros objetivos climáticos, necesitamos desplegar una cantidad significativamente mayor de energía nuclear”, aseguró Michael Goff, funcionario de la Oficina de Energía Nuclear del Departamento de Energía de EE.UU.
La importancia de energía renovable para EEUU
El reciclaje de estas ojivas representa un paso hacia la transición energética en Estados Unidos, que está buscando reducir su dependencia de combustibles fósiles y otros recursos contaminantes.
En este contexto, la energía nuclear, que proporciona aproximadamente el 19% de la electricidad del país según el medio The Cool Down, se considera fundamental para mantener una base energética estable, a medida que se suman nuevas fuentes renovables como la energía solar y eólica, que en conjunto aportan otro 21% de la energía nacional.
Uno de los impulsores de esta iniciativa es la creciente necesidad de combustible nuclear. Estados Unidos, que solía depender de Rusia para el suministro de uranio enriquecido después de la Guerra Fría, vio ese flujo interrumpido a raíz del conflicto en Ucrania, informó CNN. Como resultado, se han puesto en marcha esfuerzos para incrementar la producción nacional de combustible nuclear.
El reciclaje de ojivas antiguas se convirtió en una solución temporal clave hasta que el país pueda aumentar significativamente su capacidad de producción de HALEU en instalaciones especializadas.
A largo plazo, este proceso es visto como una forma de asegurar que Estados Unidos no dependa de suministros extranjeros de uranio y que pueda satisfacer la demanda de reactores avanzados que están diseñados para ofrecer una fuente de energía abundante y sin emisiones de carbono.