En el mundo hay 9.074 Empresas B certificadas (en 102 países), 1.220 de ellas están en Latinoamérica y 235 en la Argentina (30 industrias de distintos sectores), lo que significa empleo directo para 26 mil personas.
En esos números se destaca la participación de Mendoza, ya que resulta ser la tercera de todo el país con mayor tasa de empresas certificadas, y en el último año han nacido uniones empresarias para potenciar mucho más ese desarrollo.
Así, podemos contar que 16 firmas mendocinas certificaron como Empresas B: Aconcagua Visión, Aguas de Origen (Villavicencio), Bodega Araujo, Dolium Bodega Subterránea, Domaine Bousquet, Eco Cuyum, Energe, Grupo Broda, Lagarde, Penedo Borges, Quinto Impacto, Reciclarg, San Nicolás Plantas de Vid, Servicios Urbanos Mendoza, Trivento y Vivero San Nicolás.
Pero, ¿qué significa ser una Empresa B? La convicción de contribuir al bien común desde cada negocio, con estrategias que integren la generación de impacto social y/o ambiental a la generación de ingresos -no como una variable aislada e independiente, sino intrínsecamente asociada-. Esto implica que a medida que la empresa realiza su actividad, está contribuyendo a la sociedad y al planeta y, por lo tanto, genera valor real.
Así, no se trata de algo menor, sino de negocios generadores de un cambio. Al respecto, Natalia Natalia Götte, Gerente de Asuntos corporativos de Grupo Broda, contó que en su caso, con La Marchigiana, hace más de 75 años que la familia Barbera comenzó a invertir en Mendoza con la idea de contribuir con ese triple impacto: económico, social y ambiental, y cada firma que forma parte del grupo obtuvo su certificación.
Al respecto, brindó algunos ejemplos de lo que significa ser una empresa sustentable, con acciones concretas: “Trabajamos con la cooperativa el Arca, son productores locales a los que les compramos la salsa de tomate, les ayudamos a cultivar, e incluso les brindamos una finca”, explicó.
“Cada unidad de negocio se piensa con el propósito de sustentabilidad, tal y como sucede con Frat, almacenes de cercanía en los que trabajan mujeres que, quizás por haberse dedicado siempre a su familia habían quedado fuera del grupo laboral (mayores de 35 o 40 años)”, sumó.
Sucede lo mismo con Supra, no solo se incluyen pausas saludables pensando en los empleados (entre otras acciones), o materiales de vidrio para reducir al máximo el uso de plásticos descartables, sino que además, el concepto de sustentabilidad se extiende a los proveedores, a quienes se les “comparten buenas prácticas” para que trabajar con ellos.
En cuanto al medioambiente, Supra incluye paneles solares para el uso de energía, y es allí donde la marca comenzará a medir la huella de carbono, con el objetivo de reducirla e incluso acercarla a 0.
Empresas “carbono neutral”
Rafael Kemelmajer, CEO de Quinto Impacto, destacó que el nacimiento de la empresa se hizo justamente, con “foco en la integración social, con la visión de ser fuente de inspiración para otras personas, comunidades y organizaciones, motivándolos a sumarse en acciones que sean buenas para el mundo, con conciencia, liderazgo y responsabilidad a través de desarrollos tecnológicos de triple impacto, de forma positiva y cuantificable”.
También se trata de una empresa certificada como Empresa B, donde trabajamos por un sistema económico inclusivo, equitativo y regenerativo, buscando que nuestro modelo de negocios a través de la tecnología, sea la base para dar soluciones a los grandes problemas sociales y ambientales que tiene el mundo. Somos una empresa carbono neutral, lo que significa que cada año, medimos nuestras emisiones de CO2, cuantificando el impacto negativo de nuestras actividades y compensando las mismas, en proyectos de conservación de bosques nativos, certificados por Verra Internacional, en la ecorregión de las Yungas-Jujeñas, de Argentina”.
“Con nuestra inversión contribuimos a mejorar una zona del alto nivel de deforestación, por el avance de la frontera agrícola, además de aportar en la economía local, siendo una de las áreas con los índices de pobreza, mala nutrición y analfabetismo más altos de la Argentina”, explicó.
“Medimos el impacto ambiental, teniendo como base la huella de carbono de la empresa. Quinto es una empresa certificado como carbono neutral, y el año pasado logramos reducir nuestra huella de 34 toneladas a sólo 9. Este año buscamos mantener el mismo valor del año anterior”, comentó.
“Tomamos en cuenta la sostenibilidad desde el diseño mismo de la estructura organizacional que hemos adoptado. Actualmente contamos con una estructura organizacional basada en la sociocracia. Palabra que significa gobierno de socios, esto implica distribuir la autoridad en cada una de las áreas. Cada área o célula tiene un referente, contamos con 13 áreas enfocadas cada una en una parte del servicio brindado. Al mismo tiempo la empresa tiene un centro, que es el que guía a la organización, son los fundadores de Quinto Impacto”, agregó.
Mendoza Regenera, un proyecto para la sustentabilidad
Quinto Impacto, permitió, además, la creación de GenB, en el año 2021, una consultora comprometida con liderar la transición hacia una economía baja en carbono, que acompaña a las organizaciones a medir su impacto y a implementar estrategias de sostenibilidad.
Marisol Cavichioli de GenB Economía, contó al respecto: “Hoy se está hablando mucho de regeneración en términos no sólo ambientales sino también sociales, ya que la escasez de recursos es cada vez más acelerada, lo que provoca un aumento de costos operativos y cambios en patrones de consumo no sólo a nivel local sino también en el comercio exterior. Esto está obligando a las empresas e industrias a reconvertir sus modelos de negocios con estrategias más innovadoras y sostenibles”.
“Hoy estamos trabajando en conjunto con Agrojusto, Reciclarg, Portfolio Inversiones, Sak Turismo, y Wineobs un proyecto “Mendoza Regenera” cuyo objetivo a mediano plazo es el desarrollo económico del sector turístico y su cadena de valor mitigando el impacto de la Huella de Carbono y generando inclusión social de los sectores más vulnerables, permitiendo posicionar a la Provincia como referente turístico de sostenibilidad tanto a nivel nacional como internacional. El proyecto cuenta con diez paquetes turísticos que muestran toda la oferta de transporte, hotelería, gastronomía, productores y emprendedores sostenibles.
Las empresas e instituciones que acompañan y forman parte activa del proyecto son: Hotel Diplomatic, Casa La Galeana, Estancia San Ignacio, Centauro Restaurante y Caléndula, como los primeros restaurantes Carbono Neutrales de Mendoza, Bodega Lagarde, Bodega Trivento, Bodega Dolium, Bodega Zucardi, Toyota Yacopini, Todo Eco Bolsas Ecológicas, WOFA, Asociación Ejecutivos Mendoza, Emetur, Fondo del Agua del Río Mendoza, entre otras.
Cumbrar: Polo de Negocios, con foco en la sustentabilidad
Así como el anterior, existen otros modelos que impulsan a las empresas a adoptar modelos sustentables, como sucede con “Cumbrar”, un polo de negocios que se encuentra en el Carril Rodriguez Peña y en el que conviven numerosas empresas y profesionales con esa filosofía.
“La sustentabilidad ha sido parte de nuestro ADN desde el principio, por un mandato familiar que viene de nuestro padre, que era un ingeniero agrónomo muy comprometido con el cuidado ambiental y desarrollos social”, contó Alexis Atem, fundador del mismo.
“Nosotros buscamos que las empresas y profesionales que forman parte de Cumbrar tengan incorporado la sustentabilidad en su modelo de negocios, y es un ítem muy importante cuando seleccionamos empresas para que formen parte de nuestro ecosistema. Tenemos empresas como Rollfood, Uber, Clypeo, Enerby, TTM Desarrollos, Elecnor, Agrofort, Azul Contenedores, Energe, Knight Piesold, Biosano, Due Forestal, etc. Son todas empresas que la sustentabilidad está en el centro de su modelo de negocios”, sumó.
Para ello, se invierte en tecnologías que permitan optimizar el uso de las instalaciones. “Actualmente contamos con el 50% de cobertura con energía solar, y esperamos en 24 meses poder llegar al 100%”, explicó el empresario y contó que separan sus residuos (con la empresa Azul Contenedores y Clypeo), e invierten en “logística sustentable”; junto a la empresa Corpora. “Creemos que la sustentabilidad es un esfuerzo colectivo. Trabajamos en estrecha colaboración con los integrantes del Polo para asegurarnos de que compartan nuestros valores y cumplan con nuestros estándares ambientales y sociales”, cerró.
Sustentable, hasta el corcho
Sofía Civit, Gerente de Marketing de Vinventions Sudamérica, también contó lo que significa ser sustentables en la industria vitivinícola. “La primera marca de Vinventions, Nomacorc, nace en el año 1999 con el objetivo de resolver un problema concreto: evitar el desperdicio de vino por TCA. Estos tapones sintéticos revolucionaron la industria de los cierres ya que estaban hechos con tecnología de coextrusión que permitían al vino evolucionar con un ingreso de oxígeno consistente y, al mismo tiempo, con un material sensorialmente neutro como son los polímeros. Luego de algunos años, Nomacorc fue la primera marca de cierres en el mundo en medir su huella de carbono y sumó materia prima renovable y vegetal (biopolímeros provenientes de la caña de azúcar)”.
Desde entonces, la sustentabilidad está en el ADN de la marca. Vinventions se creó en el 2015 y hoy es una empresa líder en sistemas de cierre de alta performance y marcada sustentabilidad.
“Es una mesa de tres patas que se sostiene gracias al esfuerzo conjunto. Es decir, que la empresa sea estable financieramente nos permite encarar actividades de responsabilidad social empresarial para contribuir a nuestras comunidades y, al mismo tiempo, investigar para desarrollar productos que causen el menor impacto ambiental”, explicó Civit.
Nomacorc fue la primera marca de sistemas de cierre en medir su huella de carbono y ofrecer un portfolio con tapones que tuvieran mínima o cero huella. Las mediciones comenzaron a realizarse en el 2013 y corresponden a un análisis de abordaje integral: desde la cuna a la tumba. Es decir, contemplamos el ciclo completo del producto: desde su materia prima hasta su reciclaje o disposición final, incluyendo la logística y otros factores.
Empresas B en Argentina, ¿conocías a estas empresas?
Molino Campodónico. se define como “una familia molinera con más de 136 años de historia y cinco generaciones, nos destacamos en el mercado por nuestra diversidad de harinas tanto para la industria como para el hogar. Somos pioneros en Argentina en la producción de harina refinada orgánica y ahora también en la certificación como Empresa B en nuestra industria.” En los últimos tres años, hemos trabajado intensamente en medir nuestra huella de carbono y adoptar planes de mitigación. Esto nos ha permitido que el 80% de la energía que consumimos provenga de fuentes renovables. Además, hemos desarrollado un programa de gestión integral de residuos, con el objetivo de minimizar nuestro impacto ambiental y contribuir a un entorno más limpio y sostenible”, contaron desde la marca.
Para la marca, “la sustentabilidad es el pilar central en todas las decisiones de negocio”. “Un ejemplo de ello es nuestra línea de harinas orgánicas certificadas, lanzada hace seis años, que no solo diversifica nuestra oferta, sino que también contribuye positivamente al cuidado del medioambiente. Seguimos expandiendo nuestra gama de productos para responder de manera efectiva a las necesidades cambiantes de nuestros clientes”, destacaron.
144.000 toneladas menos de plástico al año
Ecofactory, de Martin Jersonsky (Fundador y Gerente General) es otro ejemplo de Empresa B, desde su inicio. Es más, se trata de un negocio que nace a partir de una necesidad unida a la sustentabilidad.
“Ecofactory nació hace 15 años persiguiendo el sueño de encontrar una solución al problema ambiental causado por las bolsas desechables, de un solo uso, y somos pioneros en el desarrollo de las bolsas ecológicas reutilizables en el continente. En Argentina nada más, cuando comenzamos, se desechaban 8 mil millones de bolsas, el equivalente a 1 millón de bolsas por hora las 24 horas. En ese momento vimos que en simultáneo había un problema ambiental y una oportunidad empresarial”, explicó.
“El resultado es la bolsa reutilizable tal como la conocemos ahora que reemplaza a más de 200 bolsas desechables y cuando llega el final de la vida útil es 100% reciclable”, sumó el empresario. Así, desarrollar la tecnología para fabricar bolsas a bajo costo y generar el cambio de hábito en los consumidores, fue el desafío principal de la marca.
“Nuestra empresa está certificada bajo normas ISO9001, ISO14001 y lideramos el mercado de bolsas ecológicas en los 12 países donde estamos presentes, impactando diariamente en la manera en que más de 300 millones de personas hacen las compras”, destacó Jersonsky.
Esta empresa logra que, al año, 9.600.000.000 bolsas desechables se ahorren, en los 12 países donde se comercializan sus bolsas. “Tomando en cuenta que cada bolsa desechable pesa 15g, le ahorramos al mundo 144.000 toneladas de plástico de un solo uso”, cerró el empresario.
Empresa B: Gire, la sustentabilidad en el sistema de pagos
Ayelen González, Especialista de Sustentabilidad de Gire, contó que iniciaron el camino hacia la sustentabilidad en el año 2014, cuando se diseñó la primera estrategia de la firma, pero notaron que, con la instalación de Sucursales Rapipago en barrios vulnerables en 2012, ya se había iniciado ese camino, casi “sin querer”:
“Certificamos 4 Modelos de Negocio de Impacto (MNI), es decir la manera por la cual la empresa produce rentabilidad económica, al mismo tiempo que genera impacto social y/o ambiental. Por tanto, a medida que crece el negocio, crece el impacto positivo de la empresa. Esos MNI tienen tres grupos de interés como foco: Por un lado colaboradores, en tanto la gestión de diversidad y su desarrollo; clientes, en tanto damos servicios a poblaciones no bancarizadas y también provenientes de poblaciones con altos índices de vulnerabilidad social; y nuestros Agentes Rapipago que son pequeños emprendedores, microdistribuidores de nuestro servicio en todo el país”, sumó.
Por otro lado, contó dos de las estrategias que se sumaron para reducir el impacto ambiental: “Hace ya un tiempo hemos reducido el ticket Rapipago a la mitad, disminuyendo así 166.000 kg de papel (se redujo un 66% el consumo de árboles), 650 kw de energía por día y Cientos de litros de agua asociado a ello. Hemos implementado 79 paneles ambientales en nuestro edificio corporativo, que previene la emisión de 29,8 toneladas de CO2 producto del consumo energético”.
También, podemos hablar de Patagonia Candles, otra de las firmas que forman parte del catálogo de Empresas B: “Iniciamos el camino hacia la Sustentabilidad hace unos 8 años, antes de la pandemia. Habíamos empezado a ver la tendencia internacional y nos interesó empezar a mejorar nuestros empaques y nuestra demanda energética”, explicaron.
“Nuestra familia es oriunda de la Patagonia, amamos esa región y los incendios forestales nos movilizan mucho así que también estamos acompañando a dos ONGs que reforestan tanto en Argentina como en Chile. Nos parece necesario y hermoso poder hacerlo.
“Nuestro próximo lanzamiento casualmente es el primer Difusor con bioplástico en su pack secundario, de manera que es 100% compostable. La parafina es también otro elemento clave. Nos propusimos crecer sólo en nuestros productos que están desarrollados con ceras vegetales, el objetivo es disminuir a cero el uso de la parafina. Negamos rotundamente que los productos ecológicos sean menos funcionales o bellos, es todo una cuestión de desarrollo, voluntades, disponibilidades en nuestro país, etc. El desafío es lograrlo en nuestra escala y para nuestro público”, explicaron.
Federico Haefeli - dueño y director comercial de Paclin, sumó también su experiencia, que nace en 2018, cuando sumaron acciones para cuidar el medio ambiente desde la fábrica de pinturas.
“La necesidad era urgente, al ser una fábrica que produce y utiliza químicos, buscamos con distintos cambios en los procesos productivos, generar el menor impacto ambiental, entendemos también que es lo que el mercado actual demanda, una empresa que, además de fabricar un producto de calidad, cuide el mundo que habitamos”, explicó.
“Hemos tomado medidas a nivel edilicio (artefacto de agua específicos para evitar el derroche y artículos de luminaria que buscan eficientizar el consumo de la energía, reutilización al 100% de los residuos líquidos, separación de residuos y envío de los aptos para reciclados a empresas que utilizan los mismos como insumo para otro producto, son algunas de las acciones que venimos realizando de manera sostenida”, completó.
Cómo certificar una Empresa B
Aquellas empresas que estén interesadas en iniciar este camino, pueden comenzar abriendo una cuenta en la Evaluación de Impacto B, una herramienta online, gratuita y confidencial que mide a la empresa en un 360° para entender dónde está parada en materia de triple impacto.