Un brote de fiebre tifoidea encendió las alarmas sanitarias en el partido bonaerense de Tres de Febrero, donde ya se confirmaron diez y siete personas infectadas. Hasta el pasado lunes se sabía de diez casos. Todos se concentran en dos edificios linderos ubicados en la localidad de Ciudadela, donde unas 70 familias comparten un sistema de agua que no cuenta con control sanitario. La enfermedad se transmite principalmente a través del consumo de agua o alimentos contaminados, aunque también puede propagarse por contacto cercado o con materia fecal.
Los antecedentes son inquietantes. Los historiadores dicen que la fiebre tifoidea fue responsable de una epidemia devastadora en Atenas en el 430 a. C., que mató a un tercio de la población, incluyendo a Pericles. La otra gran epidemia memorable ocurrió en el siglo XVI en México que devastó a la población azteca tras la llegada de los europeos, debido a la falta de inmunidad previa. Luego apareció un fuerte brote en la Primera Guerra Mundial, causando una gran cantidad de muertes y afectando a las poblaciones civiles y militares. Actualmente la fiebre tifoidea continúa siendo una enfermedad endémica en algunos países, con brotes epidémicos que causan un gran impacto en la salud pública.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta infección potencialmente mortal afecta sobre todo a poblaciones con acceso limitado a agua potable y condiciones sanitarias deficientes. Los síntomas más frecuentes incluyen fiebre alta prolongada, malestar general, dolores abdominales, diarrea o estreñimiento, náuseas y cefalea. En algunos casos graves puede derivar en sepsis o incluso causar la muerte.
Se estima que cada año se producen 9 millones de casos y 110.000 muertes a consecuencia de la enfermedad en todo el mundo. Los países con alta incidencia de fiebre tifoidea son: India, Pakistán, Bangladesh, Congo y Zimbabue. En Sudamérica algunos países reportan casos, aunque en menor medida que en Asia y África.
El Instituto Malbrán, dependiente de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (ANLIS), confirmó la presencia de la bacteria Salmonella Typhi en muestras extraídas a los pacientes. Los afectados tienen entre 6 y 53 años, y al menos seis de ellos debieron ser hospitalizados; y dos permanecen en terapia intensiva. Una mujer falleció tras haber estado internada, aunque aún no se confirmó oficialmente si el deceso fue consecuencia directa de la fiebre tifoidea. Lo más inquietante: esta bacteria se está volviendo resistente a los antibióticos. Un estudio publicado en 2022 en The Lancet Microbe, que analizó genomas de casi 3.500 cepas de S Typhi de Nepal, Bangladesh, Pakistán e India entre 2014 y 2019, encontró un preocupante aumento de la cepa extremadamente resistente a los medicamentos (XDR). Esta variante XDR no solo es inmune a los antibióticos de primera línea, sino que también está adquiriendo resistencia a tratamientos más nuevos como las fluoroquinolonas y las cefalosporinas de tercera generación. El problema es, si no se trata, la fiebre tifoidea puede durar un mes o más, volverse muy grave y hasta ser de riesgo vital. En la mayoría de los casos, los síntomas de la fiebre empiezan a desaparecer en la tercera o cuarta semana, siempre y cuando la enfermedad no haya causado otros problemas de salud.
La pesadilla llegó a Argentina
Se trata del brote más importante registrado en Argentina en más de dos décadas. El último episodio de similares características había ocurrido en 2004, lo que marca la excepcionalidad del evento actual.
Según informó el Ministerio de Salud de la Nación, el brote habría comenzado a mediados de marzo y se presume que fue originado por una contaminación bacteriana en el sistema de agua de los edificios. Los vecinos habían sufrido cortes prolongados de agua entre fines de enero y principios de febrero, lo que podría haber favorecido el desarrollo de bacterias en los tanques compartidos.
El 22 de abril, autoridades del área de Epidemiología de Tres de Febrero realizaron visitas domiciliarias a las personas afectadas e iniciaron una investigación. “El martes 22 de abril la Secretaría de Salud del Municipio fue notificada a través del SISA y de la provincia de Buenos Aires” del reporte de casos atendidos en el Hospital Vélez Sarsfield de la Ciudad de Buenos Aires, con síntomas de fiebre y diarrea. Dos días después, personal técnico del municipio, junto con especialistas del Instituto Biológico de La Plata y la Región Sanitaria VII, tomaron muestras de agua y alimentos sospechosos para su análisis. Además, se llevaron adelante búsquedas activas de nuevos casos y se distribuyeron recomendaciones entre los vecinos, con énfasis en el uso de agua segura y la correcta manipulación de alimentos.
Prevención
Hay una vacuna anti tifoidea conjugada, recomendada por la OMS para niños y adultos en áreas endémicas. Su administración puede ser en la versión inactivada o viva atenuada. La vacuna inactivada (con bacterias muertas) se administra mediante inyección, mientras que la vacuna con bacterias vivas atenuadas se toma por vía oral (cápsulas). Los laboratorios que la producen son: MedlinePlus y Typhoid Vaccine VIS - Spanish (10/30/2019) - Immunize.org.
Los efectos secundarios de ambas vacunas suelen ser leves; pueden incluir dolor o enrojecimiento en el lugar de la inyección (en caso de la vacuna inactivada) o molestias gastrointestinales (en caso de la vacuna viva atenuada).
Desde el Ministerio de Salud remarcaron que la fiebre tifoidea es una enfermedad de fácil transmisión y gravedad considerable, por lo que resulta esencial adoptar medidas preventivas. Algunas de las principales recomendaciones incluyen:
- Utilizar siempre agua potable (de red o tratada en el hogar);
- Consumir leche y derivados pasteurizados;
- Cocinar completamente carnes, huevos y alimentos que los contengan;
- No consumir alimentos con huevo crudo o poco cocido;
- Separar las carnes crudas de otros productos durante la preparación;
- No lavar carnes crudas antes de cocinarlas;
- Evitar dejar alimentos a temperatura ambiente por más de una hora;
- Conservar productos con huevo crudo (como salsas o mayonesas) a temperatura segura; y, Refrigerar inmediatamente los excedentes de comida y descartarlos si transcurrieron más de 24 horas.
La enfermedad se diagnostica mediante análisis de sangre. Es de notificación obligatoria, lo que permite a los sistemas de salud actuar rápidamente para evitar la propagación. Desde el Ministerio de Salud de la Nación instan a los equipos médicos a estar atentos ante la aparición de síntomas compatibles, especialmente en zonas donde se han registrado casos confirmados.