Demandan a Coca Cola y Pepsi por mentir descaradamente

Sustentabilidad

El gobierno de las Islas Vírgenes de los Estados Unidos ha iniciado una demanda civil contra The Coca-Cola Company, PepsiCo Inc. y sus fabricantes y distribuidores locales, acusándolas de prácticas comerciales engañosas y de agravar una crisis de residuos plásticos que pone en riesgo la salud pública, el medioambiente y la economía turística del territorio.

Según informó Virgin Islands Consortium en abril, el documento de 42 páginas alega que ambas empresas promovieron envases de plástico de un solo uso como reciclables de forma engañosa, generando una situación que desborda los vertederos locales.

Una crisis desbordante

La demanda, presentada por el Departamento de Licencias y Asuntos del Consumidor, afirma: “Debido en gran medida a la conducta de los demandados al promover y distribuir falsamente plásticos de un solo uso, las Islas Vírgenes enfrentan una crisis de gestión de residuos”. Con solo dos vertederos principales al borde del colapso o ya saturados, la contaminación plástica invade costas, mares y espacios públicos, un problema que las autoridades califican como “casi imposible de eliminar”.

Impacto ambiental, sanitario y económico

La acumulación de desechos plásticos amenaza la biodiversidad y la salud humana, con microplásticos —fragmentos de menos de cinco milímetros— vinculados a cáncer, demencia y problemas cardíacos. El turismo, que aporta cerca del 60% del PIB local, sufre por la degradación de playas y parques naturales, agravada por el cambio climático con tormentas más intensas y el aumento del nivel del mar, afectando ingresos y infraestructura.

Acusaciones de greenwashing y desinformación

El gobierno denuncia una estrategia de greenwashing, donde Coca-Cola y PepsiCo aparentan compromiso ambiental mientras producen millones de toneladas de plástico sin financiar sistemas de eliminación seguros. En 2022, Coca-Cola usó menos del 14% de plástico reciclado en sus envases, y PepsiCo apenas un 6%, pese a promesas de reducir plástico virgen. Además, se las acusa de cabildear silenciosamente para debilitar normativas ecológicas, trasladando la carga a los consumidores. La demanda solicita prohibir estas prácticas y sanciones por violar la Ley de Protección al Consumidor de 1973 y la Ley contra el Fraude y las Prácticas Comerciales Engañosas.

Campañas ambientales: ¿realidad o fachada?

Ambas empresas han lanzado iniciativas de reciclaje y concienciación. Coca-Cola impulsa “World Without Waste”, que promete reciclar el 100% de sus envases para 2030, con campañas como la recolección de botellas en playas y alianzas con ONG para limpiar océanos. PepsiCo, por su parte, promueve “PepsiCo Positive”, enfocándose en empaques de fibra, agricultura sostenible y camiones eléctricos, además de programas educativos sobre reciclaje en escuelas. Sin embargo, las autoridades de las Islas Vírgenes consideran estos esfuerzos insuficientes frente al daño causado, argumentando que las campañas son más publicitarias que efectivas, careciendo de impacto proporcional a su producción de plásticos.

Otros frentes legales contra PepsiCo

La presión sobre PepsiCo crece. En enero, la Comisión Federal de Comercio (FTC) la demandó por discriminación de precios, favoreciendo a grandes cadenas sobre pequeños comercios, violando una ley de 1936. Esto ocurrió bajo la administración de Joe Biden, antes de que Donald Trump reconfigurara la FTC, destituyendo a dos comisionados demócratas y nombrando a Andrew Ferguson como presidente. Paralelamente, legisladores demócratas como Elizabeth Warren, Cory Booker y Jerry Nadler exigieron explicaciones por estas prácticas, advirtiendo daños a comerciantes independientes y al consumidor. PepsiCo calificó la demanda de la FTC como “partidista” y sin base.

Respuesta de las empresas

Coca-Cola y PepsiCo defienden sus políticas ambientales, destacando sus campañas y avances tecnológicos. Sin embargo, no han respondido directamente a la demanda de las Islas Vírgenes, mientras el territorio exige mecanismos de rendición de cuentas más robustos para abordar la crisis que, según ellos, estas empresas han exacerbado.