Que pase el que sigue: Apartaron al "juez prócer" que investigaba la contaminación del Riachuelo

Sustentabilidad

Fue porque había dispuesto que dos frigoríficos sigan vertiendo sus desechos, pese a que los había cerrado la Cámara Federal de San Martín
La Cámara Federal de San Martín apartó a uno de los jueces de Morón que investigaba la contaminación del Riachuelo. Fue por irregularidades de dos frigoríficos: Internacional Congelados y Agro Patagónico. El magistrado dictó un fallo, para que ambos siguieran haciendo lo suyo, pese a que desde el año pasado la Cámara había suspendido el vuelco de efluentes líquidos industriales al Riachuelo.

El juez federal de primera instancia es el archi conocido juez Jorge Ernesto Rodríguez, titular del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional Nro. 2 de Morón desde 1994. Es el mismo que recientemente organizó una resonante celebración de su cumpleaños en la quinta Vacarezza de la asociación gremial del CEAMSE en la localidad de Ituzaingó (Buenos Aires). Como titular de ese juzgado, era quien llevaba adelante la interminable causa por el saneamiento de la cuenta Matanza-Riachuelo (ACUMAR), junto con el juez federal de la Capital Federal, Sergio Torres. “La injustificada falta de acatamiento por parte del juez de grado al pronunciamiento del 28 de noviembre pasado, implicó desoír la decisión adoptada por un Tribunal Superior, generando un dispendio jurisdiccional, sin reparar en que se encuentra en juego el derecho al medio ambiente sano”, dijeron los camaristas Juan Pablo Salas, Marcos Morán y Marcelo Darío Fernández. La decisión implica sortear a un nuevo magistrado para entender en este caso, y comunicar su decisión a la Corte Suprema.

La Cámara había clausurado ambos frigoríficos, por funcionar sin permisos ambientales, acopiar grandes cantidades de amoníaco en un barrio residencial, y volcar contaminantes industriales junto a restos de sangre, tejidos y grasa animal a la cuenta Matanza- Riachuelo. Los frigoríficos consiguieron un documento de la Municipalidad de Avellaneda dando una serie de explicaciones, echando las culpas de la falta de un certificado de aptitud ambiental a demoras del Ministerio de Ambiente de la provincia de Buenos Aires. Lo presentaron ante el juez, quien de inmediato procedió a la reapertura de ambos frigoríficos. Por eso ahora quedó apartado.

El fallo destaca que, en diciembre pasado, ACUMAR (Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo) presentó un informe de su dirección de fiscalización, donde se constató que las empresas “se encontraban vertiendo líquido de color y olor sanguinolento a cordón cuneta (destino pluvial)”. Según el fallo, el juez de primera instancia “resolvió apartarse del pronunciamiento de esta alzada, sin que hubiesen variado las constancias sobre las cuales fue dictada la medida cautelar oportunamente dispuesta” y “sin reparar en que se encuentra en juego el derecho al medio ambiente sano.”