Para qué le sirve a la humanidad el SAF o CAD

Sustentabilidad

Por primera vez en la historia un avión logró cruzar el Atlántico utilizando la totalidad de su combustible a partir del reciclado aceite de cocina usado.
Es, cuanto menos, impresionante. Por primera vez un avión comercial cruzó el Atlántico usando el 100% de su combustible elaborado a partir de aceite de cocina usado. El líquido, desarrollado por ahora para la aviación, se llama SAF o CAD (ambas denominaciones por sus siglas en inglés) y sustituye al querosén que nutre a las líneas aéreas. Se fabrica con recursos más sostenibles que la quema de los derivados del petróleo, como los aceites usados de origen orgánico, sean de origen animal o vegetal.

En 2022, la aviación representó casi el 2,5% de la huella de carbono mundial y los estudios apuntan a que esas emisiones se triplicarían en los próximos veinte años a medida que haya más vuelos. Por eso, al menos por el momento, “la gran solución” parecería ser el SAF o CAD, en la medida en que se generalice su uso, lo cual podría reducir sus elevadísimos costos de producción, tal y como ocurrió con la energía solar y eólica.

El CAD es un combustible que:

  • Utiliza una materia prima renovable
  • Puede evitar al menos el 75% de todo el ciclo de vida de las emisiones de CO₂ en comparación con el combustible fósil para aviones
  • Reduce otras emisiones nocivas como las partículas y el azufre

Las líneas aéreas comerciales más innovadoras empezaron a utilizar como combustible una mezcla de 50% de querosén y la otra mitad, de CAD. Otras más cautelosas, le agregan a su “sopa” bastante menos del 10% de SAF. El problema es que el CAD o SAF cuesta hoy unos 2 dólares en lugar de los 50 centavos por litro. Por eso hoy representa menos del 1% del combustible aéreo.

Lo novedoso, en este caso, es que la británica Virgin Atlantic, salió desde el aeropuerto londinense de Heathrow, y voló al aeropuerto JFK de Nueva York utilizando en un 100% el CAD sin tener que adaptar su aeronave ni comprar un avión nuevo. El proyecto, llamado Flight100, despierta cifradas esperanzas en dar otro paso adelante hacia la sostenibilidad. El problema es que los vuelos propulsados por electricidad e hidrógeno, que se perciben como los más sostenibles, son tecnologías nacientes, que necesitan de aviones nuevos dotados de otro tipo de tecnología, por lo cual aún están muy lejos de estar listas para su uso.

Aun así, hay quienes cuestionan las afirmaciones ecológicas del CAD, porque sigue generando contaminación. Los ecologistas más recalcitrantes encuentran todavía más motivos para las quejas. Argumentan que cualquier cultivo para la producción de combustible compite con los alimentos, lo que implica un mayor empuje sobre las fronteras agrícolas hacia los bosques y las turberas. Otros afirman que los aceites de cocina usados no alcanzan para cubrir el gran volumen de kerosén necesario para los miles de vuelos que despegan todos los días. A eso los defensores del CAD argumentan que cualquier cosa que contenga carbono, que se tire a la basura o al inodoro, puede convertirse en CAD.