La desforestación sigue creciendo en Argentina

Sustentabilidad

Las provincias más desmontadas son: Chaco, Santiago del Estero, Formosa y Salta
La deforestación continúa siendo un problema ambiental grave en Argentina, un país enorme, con perfil agroexportador que -según datos oficiales recopilados por Greenpeace- perdió entre 1998 y 2022 cerca de 7 millones de hectáreas de bosques nativos, una superficie similar a la de la provincia de Formosa.

En su último reporte anual sobre deforestación para el año 2023 publicado esta semana, esta organización recuerda que el 75% de los desmontes se concentran en solo cuatro provincias del norte: Santiago del Estero, Salta, Chaco y Formosa, que forman parte del Gran Chaco, el segundo ecosistema forestal más grande de Sudamérica y una de las áreas más ricas en biodiversidad del mundo, con 3.400 especies de plantas, 500 aves, 150 mamíferos, 120 reptiles y 100 anfibios.

 Solo en esas cuatro provincias se desmontaron durante 2023 unas 126.149 hectáreas (Chaco 57.343 hectáreas, Santiago del Estero 42.871 hectáreas, Formosa 17.409 hectáreas y Salta 8.526 hectáreas), más de seis veces la superficie de la ciudad de Buenos Aires.

 Por su parte, la provincia de Santa Fe perdió (siempre según el reporte anual de deforestación 2023 de Greenpeace) el año pasado unas 4.077 hectáreas, para completar una pérdida de bosque nativo equivalente a unas 40.476 hectáreas entre 2007 y el año pasado.

La deforestación es una de las causas del calentamiento del planeta: en Argentina, los sectores de Agricultura, Ganadería, Silvicultura y Otros Usos de la Tierra representan el 39% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) del país, que son las que explican el recalentamiento de la atmósfera y contribuyen a la actual crisis climática.

El efecto de la Ley de Bosques

Las principales causas de la pérdida de bosques en Argentina son el avance de la frontera agropecuaria (mayormente para ganadería intensiva y soja transgénica que en gran medida se exporta a Asia y Europa) y los incendios forestales, un problema particularmente grave en Santa Fe. 

Un dato clave a tener en cuenta, especialmente en el actual contexto político nacional, es que la sanción de la Ley de Bosques en 2015 permitió una disminución de la deforestación cercana al 40% respecto al promedio de la década previa a su sanción.

 La ley prevee que las provincias realicen un Ordenamiento Territorial de sus Bosques Nativos (OTBN), los cuales prohíben los desmontes en casi el 80% de las zonas forestales (Categorías I, Rojo y II, Amarillo).

Aun así, todavía el problema persiste y desde Greenpeace estimaron que más de la mitad de los desmontes se realizan donde no está permitido. Además, en los últimos 4 años aumentaron los incendios forestales. 

“Es evidente que las multas no son suficientes para desalentar desmontes ilegales e incendios forestales; y los responsables rara vez son obligados a reforestar. En muchos casos es clara la complicidad de funcionarios. El consenso científico viene alertando sobre la emergencia climática y de biodiversidad en la que nos encontramos", dijeron desde la organización.

En ese sentido, agregaron: "Más deforestación significa más cambio climático, más inundaciones, más desertificación, más desalojos de comunidades campesinas e indígenas, más desaparición de especies en peligro de extinción y más enfermedades”.

El Gran Chaco, en la mira

Desde la sanción de la ley, algunos planes de ordenamiento como los  de Formosa, Corrientes y Buenos Aires fueron muy cuestionados por organizaciones sociales por dejar amplias zonas clasificadas en la Categoría III, Verde, donde se permite solicitar permisos de desmonte.

 Por otra parte, otros planes (Salta, Chaco) fueron ilegalmente modificados por los gobiernos provinciales mediante la sistemática realización de recategorizaciones prediales que disminuyeron las áreas donde estaba prohibido el desmonte. 

“Muy pocas provincias realizaron la actualización de su OTBN, los cuales según la reglamentación de la norma deben hacerse cada 5 años, de manera participativa y sin retroceder respecto a las zonas donde no se permite deforestar”, explicaron los expertos de Greenpeace, que insistieron con este dato: la deforestación en el norte del país durante 2023 fue superior a la del año anterior (118.805 hectáreas), con un ejemplo como el del Chaco donde todos los desmontes fueron ilegales ya que desmontes se encuentran suspendidos por la justicia provincial desde el 16 de octubre de 2020, ante la falta de actualización de su Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos.

 “Resulta también grave que más del 80% de los desmontes en la provincia de Santiago del Estero sean ilegales, ya que se realizaron en bosques clasificados en las Categorías I, Rojo y II, Amarillo, donde no está permitido”, resaltaron.

Los bosques, aliados del planeta

Los bosques concentran más de la mitad de la biodiversidad terrestre del planeta. Se trata de ecosistemas que brindan bienes y servicios indispensables para la supervivencia humana como alimentos, maderas y medicinas.

 Además, son el territorio y el sustento de comunidades indígenas y campesinas y cumplen un rol fundamental en la regulación climática, el mantenimiento de las fuentes y caudales de agua y la conservación de los suelos.

 Frente a esta alarmante situación, desde Greenpeace reclamaron una vez más al Congreso de la Nación que no se modifique la Ley de Bosques con el objetivo de flexibilizar sus restricciones a los desmontes y reducir sus fondos. “Por el contrario, consideramos que en forma urgente deben prohibirse y penalizarse tanto los desmontes como los incendios forestales.