Con un frondoso prontuario internacional, una minera espía su condena multimillonaria

Sustentabilidad

El proceso contra la minera australiana BHP Billiton, por la ruptura en 2015 en Brasil de una represa con residuos tóxicos, habría terminado ayer jueves en Londres. No hay una resolución. Pero las víctimas confían en la justicia británica dará a conocer su veredicto en unos meses. Se trata de una de las mineras más grandes y polémicas del mundo. Con sede en Malbourme (Australia) opera en más de 25 países en temas de hierro, cobre, carbón, níquel, potasio y petróleo. Sus inversiones más grandes están en Australia, Chile, Estados Unidos y Canadá. En Argentina prometió invertir en San Juan, pero hasta ahora, sus inversiones fueron solo “palabras al viento”. Acumula denuncias y condenas en Chile, Brasil, África y Australia. BHP fue responsable del desastre minero en Minas Gerais que ahora se juzga en Londres.

Su origen proviene de la fusión (2001) de la compañía australiana Broken Hill Proprietary (BHP) y la compañía británica Billiton. Tiene una estructura accionarial dual. Mientras BHP Billiton Limited está listada en la Australian Securities Exchange , BHP Billiton Plc está listada en la Bolsa de Londres y forma parte del índice FTSE 100. Aunque no lo refiere en su emotiva historia pública, la empresa también tiene antecedentes en Argentina: en Andalgalá (Catamarca). El gobierno provincial le otorgó en secreto la concesión para explorar y explotar un yacimiento bautizado como Pilciao 16, literalmente debajo de las casas del centro departamental. La rebelión popular logró frenar el macabro proyecto en 2010.

"Espero que la justicia inglesa haga por nosotros lo que la brasileña no está logrando. Espero que las empresas responsables sean juzgadas culpables de todo lo que nos pasó y nos está pasando", afirmó Priscila Monteiro Izabel, que denuncia haber perdido en la catástrofe el bebé que gestaba.

El 5 de noviembre de 2015 el colapso de la represa de desechos de una mina de hierro cerca de Mariana, en el estado de Minas Gerais, se cobró la vida de 19 personas. Arrasó varias localidades, incluidas comunidades indígenas, y arrojó 40 millones de metros cúbicos de lodo tóxico al río Doce y al océano Atlántico. La minera BHP tenía dos sedes en el momento de los hechos. Una de ellas estaba en Londres, lo que explica este juicio civil en la capital británica.

Desde finales de octubre se celebraron audiencias en el Tribunal Superior de Londres para conocer los testimonios de peritos y víctimas y determinar la responsabilidad de BHP en este caso. La decisión, después de esta última semana de conclusiones, tras un receso desde finales de enero, no se espera antes del verano boreal, sin conocerse la fecha exacta. La represa estaba explotada por Samarco, una compañía copropiedad de la australiana BHP y la brasileña Vale.

"No hay inocencia, hay ambición. No fue una tragedia, fue un crimen. Matar a la gente es un crimen. El aborto forzado es un delito. Matar la naturaleza es un crimen. Justicia es lo que queremos", añade Priscila Monteiro, una de las tres víctimas presentes en los días finales del juicio.

BHP, que asegura que el agua del río recuperó su calidad. Reconoce una "tragedia", pero cree haber demostrado durante el juicio de haber "priorizado la seguridad y actuado con responsabilidad", según un portavoz. Tras el inicio del proceso en Londres, la justicia brasileña absolvió a mediados de noviembre a Samarco, Vale y BHP por el colapso. La decisión de un tribunal regional de Belo Horizonte (sureste) sostuvo que las pruebas analizadas no fueron "determinantes" para establecer su responsabilidad. Poco antes, el 25 de octubre, cuando el juicio en Londres acababa de comenzar, las autoridades brasileñas firmaron con las empresas concernidas un acuerdo de indemnización de unos 30.000 millones de dólares. Pero las víctimas esperan obtener más de la justicia británica y dicen que la mayoría de los 600.000 demandantes en el juicio de Londres (incluidos 46 municipios brasileños, unas 2.000 empresas y varios pueblos indígenas) no están cubiertos por este acuerdo en Brasil.

Los abogados de los demandantes reclaman unos 36.000 millones de libras esterlinas (más de 46.600 millones de dólares) para los afectados por la catástrofe. "BHP, Vale y Samarco sabían del problema, sabían lo que había que hacer y simplemente no lo hicieron. Se podrían haber salvado vidas y mi comunidad. Mi vida y mi historia podrían haber sido diferentes", afirma Mónica dos Santos, residente del barrio de Bento Rodrigues, en Mariana, que denuncia haber perdido su casa debido al derrumbe. El grupo publica sus cuentas en dólares norteamericanos. Sus ingresos en 2009 fueron de 44.113 millones de dólares, y el beneficio neto supuso 12.160 millones de dólares.

BHP asegura que la demanda de Londres duplica los procedimientos judiciales y los programas de reparación y resarcimiento en Brasil y que debería desestimarse. También dice que se han pagado casi 8.000 millones de dólares a los afectados a través de la Fundación Renova, de los que unos 1.700 millones se han destinado a los demandantes implicados en el caso inglés. Asimismo, alega que no era propietaria ni operaba la represa, que contenía residuos mineros conocidos como estériles. Afirma que una filial brasileña de su holding australiano era accionista al 50% de Samarco, que operaba de forma independiente.

"No habríamos tenido que pasar casi 10 años buscando justicia en otro país. Tengo mucha fe en que la justicia británica impartirá la justicia que hemos estado esperando durante años. Es nuestra única esperanza", añade.

Pamela Rayane Fernandes, residente igualmente en Bento Rodrigues, que perdió a su hija Emanuele Vitoria, de cinco años, también confía en la justicia británica. "A mi hija de cinco años se la llevó una empresa codiciosa. Espero de todo corazón que se haga justicia en el caso de los tribunales ingleses. Estoy esperando que el tribunal me diga que BHP y sus socios pagarán por todo lo que nos han hecho", señala.