Vecinos de Brandsen y La Plata (Buenos Aires) nuevamente realizaron, este fin de semana, airadas protestas a la altura del kilómetro 49 de la Ruta 2 donde se prevé la construcción de una central termoeléctrica denunciada como “altamente contaminante”. Se trata de la Central Térmica Ensenada Barragán (CTEB) cuyos dueños son el Estado chino junto con YPF, acompañados por SCC Power (de capitales ingleses pero de origen chino que trajo la familia de Manual Santos Uribelarrea), que ya fue forzada por la Corte Suprema a cerrar una planta parecida en Pilar tras múltiples reclamos y ambientalistas de la zona.
Las protestas y cortes de ruta se suceden, en rechazo a la construcción y a la falta de información sobre posibles efectos ambientales que podría tener el emprendimiento. "Nos quieren contaminar el agua que consumimos. Vivimos en una zona donde predomina la naturaleza. Estamos en lucha, porque no sabemos cómo va a terminar este dislate que promete alterarnos el barrio", aseguró uno de los manifestantes de este fin de semana para reclamar que no se avance con la instalación de la planta. La obra sería instalada cerca de tres escuelas y varios barrios preexistentes. Sus emisiones de gases efecto invernadero (dióxido de azufre y nitrógeno, junto con metales pesados como el mercurio) causarían cáncer, enfermedades respiratorias y cardiovasculares. La contaminación se extendería más de 50 kilómetros a localidades tales como Abasto, Olmos, Berisso, Ensenada, Florencio Varela, Hudson, El Pato, Guernica, entre otras.
Si esta obra se pone en marcha, cada día se consumirán millones de litros de agua potable. porque el proyecto funciona con una demanda equivalente al consumo diario de una ciudad con un millón de habitantes. Ese saqueo dejaría sin agua a vecinos y a productores de alimentos de toda la región. Las aguas residuales contaminadas serán vertidas al acuífero Puelche, y en el humedal del Arroyo San Luis, protegido por la ordenanza 1236 porque retiene y almacena agua utilizable para el consumo humano, la producción y el sostenimiento de la vida silvestre. Se estima que la obra envenenaría el agua superficial y las napas, para un importante afluente del rio Samborombón. Y generaría contaminación sonora por el ruido de día y de noche.
A poco de indagar las razones de tanto “secretismo” sobre una construcción que promete cambiar la fisonomía de la zona, se supo que son dos los dueños de esta iniciativa (en partes iguales). Ambos tienen en común, cultivar un bajísimo perfil a la hora de hacer negocios. Por algo debe ser. Son:
- YPF Luz, propiedad de la nacional YPF y de BNR Infraestructura Co-Investment del fondo estatal chino Silk Road Fund, donde participan capitales ingleses, y fondos de inversión multinacionales.
- Pampa Energía de un grupo llamado EMES (del ex grupo Dolphin) cuyos dueños son la familia Mindlin (encabezada por Marcelo y Damián), Gustavo Mariani y Ricardo Torres. Son los mismos accionistas de la empresa Transener que maneja el monopolio del transporte de alta tensión en Argentina. También opera en el mercado de la generación con 3648 megavatios de potencia instalada y es la mayor distribuidora de electricidad del país.
La Central Termoeléctrica “Ensenada de Barragán” que se montaría en un predio sobre diagonal 74, camino a Punta Lara, frente al relleno sanitario de la Ceamse. Es la obra de infraestructura más grande de la región capital de la provincia de Buenos Aires. Más de 1.300 trabajadores pasan a diario por la obra desarrollada por la empresa multinacional Techint, de la que participan otras firmas subcontratistas de distintos servicios, como logística, salud, servicios generales y transporte, entre otros rubros de la industria pesada.
Los manifestantes piden la realización de una audiencia pública y expresan su preocupación por la realidad que enfrentan. Los dueños de las obras mantuvieron su tradicional obstinado silencio en tanto que las autoridades provinciales siguieron mirando para otro lado.