La cifra incluye u$s12.500 millones para indemnizar a los proveedores públicos de aguas norteamericanas y otros u$s5.000 para afrontar los gastos del juicio. Todo eso es porque 3M desechó durante años unos químicos conocidos como “químicos imperecederos” e indestructibles, llamados PFAS, causantes de un copioso (y escalofriante) listado de enfermedades.

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