Quien se bañe en el río Suquía, pierde (porque es grave su contaminación)

Sustentabilidad

Un video viral en redes sociales en Córdoba reavivó la preocupación por la contaminación del río Suquía y de la Laguna de Mar Chiquita. En él se muestra cómo los vertidos cloacales clandestinos, cuyo origen aún se desconoce, ponen en riesgo la salud pública y el ecosistema fluvial cordobés. Se trata de un caudal de agua que atraviesa la ciudad de Córdoba a lo largo de 40 kilómetros y que sufre de una problemática ambiental persistente: vertidos cloacales clandestinos, actividad agrícola descontrolada y pequeña industria que realiza actividades aguas abajo.

El río tiene una extensión de 200 kilómetros desde el embalse San Roque hasta la Laguna Mar Chiquita y, está todo contaminado. Martín Vázquez, autor del video viral, denunció la presencia de los vertidos en la zona norte de la ciudad, específicamente en sectores como Villa Warcalde, Los Carolinos y la Recta Martinolli. En este tramo, se presentaron numerosas denuncias sobre vertederos en diversos puntos de la ciudad que desembocan directamente en sus aguas. Esas áreas experimentaron un auge en desarrollos inmobiliarios, incluyendo barrios cerrados, contrines y nuevas estaciones de servicio. Los vecinos y entidades ambientales denunciaron la presencia de aguas negras, olores fuertes y la ausencia de flora y fauna, lo que evidencia la contaminación del río. Se denunciado también la falta de cumplimiento de normas ambientales y la necesidad de que las autoridades tomen medidas para solucionar la problemática.

Un estudio realizado por el Laboratorio de Investigaciones de Contaminación Acuática y Ecotoxicología (LICAE) de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba, dio cuenta que el 36% de los sitios estudiados mostraron un riesgo muy alto debido a una mayor concentración de fármacos y analgésicos, y el 45% demostraron un riesgo alto por presencia de plaguicidas.

Los vertidos clandestinos no solo contaminan el río, sino que también representan un riesgo para la salud de la población. Las sustancias tóxicas presentes en las aguas residuales pueden provocar alergias, problemas respiratorios y otros daños a quienes frecuentan el río. El río recibe descargas ilegales de aguas residuales de diferentes áreas de la ciudad. La contaminación afecta la calidad del agua y pone en riesgo la salud de las personas que se acercan al río o lo utilizan para actividades como la pesca.

Por otra parte, el río desemboca en la laguna de Mar Chiquita, que recientemente fue declarada parque nacional. La contaminación del Suquía afecta a la biodiversidad de la laguna. La degradación del río es una problemática de larga data y la reversión de la contaminación es un desafío complejo. Estudios de la Universidad Nacional de Córdoba muestran que las plantas de tratamiento no están preparadas para eliminar los micro contaminantes. Revelan el alto riesgo por presencia de plaguicidas y productos farmacéuticos y hay zonas de mayor riesgo por dichos micro contaminantes.

La población que pesca o se baña en el rio está expuesta a estas sustancias, que también pueden llegar a las personas a través del aire. La contaminación también afecta al ecosistema de la Laguna Mar Chiquita, recientemente declarada parque nacional, donde el río finalmente desemboca. El video de Vázquez generó una gran repercusión en redes y la comunidad, demostrando la preocupación de los cordobeses por la salud del Río Suquía.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el agua contaminada como aquella que sufre cambios en su composición hasta quedar inservible. Es decir, es agua tóxica que no se puede ni beber ni destinar a actividades esenciales como la agricultura, además de una fuente de insalubridad que provoca más de 500.000 muertes anuales a nivel global por diarrea y transmite enfermedades como el cólera, la disentería, la fiebre tifoidea y la poliomielitis. Los principales contaminantes del agua incluyen bacterias, virus, parásitos, fertilizantes, pesticidas, fármacos, nitratos, fosfatos, plásticos, desechos fecales y hasta sustancias radiactivas. Esos elementos no siempre tiñen el agua, haciendo que la contaminación hídrica resulte invisible en muchas ocasiones. Por esa razón, se suele recurrir al análisis químico de pequeñas muestras y organismos acuáticos para conocer el estado de la calidad del agua.