Hoy, millones de personas en todo el mundo celebran el Día Mundial del Medio Ambiente, una fecha establecida en 1972 por la Asamblea General de las Naciones Unidas para sensibilizar sobre los desafíos ambientales que enfrenta el planeta.
Este año, la República de Corea es el país anfitrión, liderando una campaña global bajo el lema de transformar nuestra relación con el plástico: rechazar, reducir, reutilizar, reciclar y repensar para construir un futuro más sostenible.
La crisis del plástico: una amenaza global
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) centra la edición de 2025 en la contaminación plástica, un problema que alcanza proporciones alarmantes. Cada año, se producen más de 400 millones de toneladas de plástico en el mundo, de las cuales la mitad está diseñada para un solo uso. Menos del 10% de este material se recicla, lo que resulta en 11 millones de toneladas de desechos plásticos que terminan en lagos, ríos y mares, un peso equivalente a 1,089 Torres Eiffel.
Los microplásticos, partículas menores a 5 mm, han invadido no solo los ecosistemas, desde picos montañosos hasta el lecho marino, sino también los alimentos, el agua e incluso el aire. Según estimaciones, las personas ingieren más de 50,000 partículas de plástico al año, una cifra que aumenta si se consideran las partículas inhaladas. Este impacto no solo amenaza la salud humana, sino que también afecta gravemente a la biodiversidad y contamina todos los ecosistemas del planeta.
Principales desechos plásticos y su tiempo de desintegración
Los desechos plásticos más comunes encontrados en el medio ambiente incluyen una amplia gama de productos de un solo uso que persisten durante siglos debido a su lenta degradación. Entre los principales se encuentran:
Bolsas de plástico: Tardan aproximadamente 150 años en descomponerse. Estas son responsables de gran parte de la basura marina, afectando a especies como tortugas y aves que las confunden con alimento.
Botellas de plástico: Pueden tardar más de 1,000 años en degradarse completamente, liberando microplásticos y sustancias tóxicas al suelo y agua durante el proceso.
Envases y envoltorios de alimentos: Representan cerca del 40% del uso total de plástico y, aunque tienen una vida útil de minutos u horas, persisten en el ambiente durante 400 años o más.
Pajitas, cubiertos y vasos desechables: Estos productos, usados por pocos minutos, tardan entre 200 y 400 años en descomponerse, contribuyendo significativamente a la contaminación marina.
Artes de pesca abandonados: Constituyen una fuente importante de desechos plásticos, con más de 100 millones de libras llegando a los océanos anualmente, y pueden tardar hasta 600 años en degradarse.
Estos desechos, al no biodegradarse, se fragmentan en microplásticos que contaminan la cadena alimentaria, afectando a más de 100 especies acuáticas y causando la muerte de aproximadamente 100,000 tortugas y mamíferos marinos y un millón de aves marinas cada año.
Empresas responsables de la contaminación plástica
Un estudio realizado por el Moore Institute for Plastic Pollution Research y la organización Break Free From Plastic entre 2018 y 2022 reveló que ciertas empresas son responsables de una gran proporción de los desechos plásticos de marca encontrados en el medio ambiente. Las principales contaminantes incluyen:
Coca-Cola: Encabeza la lista, siendo la marca más encontrada en auditorías globales de basura plástica, debido a su producción masiva de botellas y envases de un solo uso.
PepsiCo: Responsable de aproximadamente el 1% de los desechos plásticos de marca, especialmente por botellas y empaques de alimentos.
Nestlé: Contribuye significativamente con empaques de productos alimenticios y bebidas, figurando entre las cinco principales contaminantes.
Unilever y Mondelez International: Estas empresas también destacan por su producción de plásticos de un solo uso, como envases de cosméticos y alimentos.
Además, en la producción de polímeros plásticos, empresas como ExxonMobil, Dow y Sinopec lideran, representando el 16% de los polímeros destinados a plásticos de un solo uso, perpetuando la crisis al producir materiales vírgenes a partir de combustibles fósiles.
Un futuro sostenible es posible
Desde el PNUMA, aseguran que la solución está al alcance si se aprovechan los avances científicos y las tecnologías existentes. La organización destaca la importancia de adoptar un enfoque circular hacia el plástico, promoviendo alternativas sostenibles y fomentando cambios en los hábitos de consumo y producción. “Es hora de repensar nuestra relación con el plástico para proteger nuestro planeta y nuestra salud”, afirmó un portavoz del PNUMA.
Además, el organismo advierte que la naturaleza enfrenta una emergencia climática. Para limitar el calentamiento global a 1.5 °C este siglo, las emisiones de gases de efecto invernadero deben reducirse a la mitad para 2030. De no actuar, la exposición al aire contaminado podría aumentar un 50% en esta década, y los desechos plásticos en ecosistemas acuáticos podrían triplicarse para 2040.
Una plataforma global para la acción
El Día Mundial del Medio Ambiente se ha consolidado como una de las plataformas más importantes para las causas ambientales, con decenas de millones de personas participando en actividades presenciales y virtuales en todo el mundo. Desde limpiezas de playas hasta campañas educativas y foros de innovación, las iniciativas de este año buscan inspirar acciones colectivas. La página oficial www.worldenvironmentday.global ofrece recursos y guías para que individuos, comunidades y gobiernos se sumen al cambio.
En Corea, el país anfitrión, se han organizado eventos masivos, incluyendo exposiciones sobre tecnologías de reciclaje y foros sobre políticas públicas para reducir el uso de plásticos de un solo uso. “Corea está comprometida con liderar el camino hacia un futuro sin contaminación plástica”, declaró el ministro de Medio Ambiente coreano durante la inauguración de las celebraciones.
Un llamado a la acción
El Día Mundial del Medio Ambiente 2025 no solo es una oportunidad para reflexionar sobre los desafíos ambientales, sino también un recordatorio de que cada acción cuenta. Desde rechazar una bolsa de plástico hasta exigir responsabilidad a las empresas contaminantes, todos podemos contribuir a un planeta más limpio. Como señala el PNUMA, el tiempo apremia, pero con compromiso y colaboración global, un futuro sostenible está a nuestro alcance.