Sal, calor, un poco de química y “volá”: un aceite con un sabor asqueroso (parecido al diésel) pero el plástico desaparece
La sal de mesa podría ser la materia prima más barata para reciclar plásticos. El dato apareció en la revista Advanced Sustainable Systems, que publica los avances tecnológicos para alcanzar una vida sostenible. La publicación recogió los resultados de la investigación realizada por la Escuela de Embalaje de la Universidad de Michigan (Estados Unidos) liderada por el profesor Muhammad Rabnawaz.
Sus trabajos fueron apoyados por Conagra Brands (una empresa de bienes de consumo envasados), el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. y MSU AgBioResearch.
Las pruebas demuestran que la sal de mesa puede superar a materiales mucho más caros para reciclar plásticos. A través de un proceso llamado “pirólisis”, que combina sal, calor y química, pueden reciclarse plásticos. Al usar sal de mesa, como catalizador para la “pirólisis de poli olefinas”, el equipo produjo un aceite líquido con moléculas de hidrocarburos, similares a las que se encuentran en el combustible diésel, dijo Rabnawaz. Otra ventaja: el catalizador de sal puede reutilizarse. "Es posible recuperar la sal, simplemente lavando el aceite extraído con agua", explicó Rabnawaz.
El proceso de “pirólisis” descompuso el plástico, y lo transformó en una mezcla de compuestos más simples, a base de carbono, que vienen en tres formas: gas, aceite líquido y cera sólida. Rabnawaz declaró que este método superó a los costosos catalizadores, productos químicos diseñados para impulsar las reacciones, y cree que su equipo apenas comenzó a desbloquear el potencial de la sal. Su trabajo ya atrae la atención de grandes nombres de la industria, dijo.
El componente de cera a menudo es indeseable, consignó Rabnagaz, pero puede representar más de la mitad del peso de los productos en los procesos actuales de pirólisis. Eso ocurre incluso cuando se utilizan catalizadores, útiles, pero a menudo tóxicos o demasiado caros para usar en el tratamiento de residuos plásticos.
El platino, por ejemplo, tiene propiedades catalíticas muy atractivas, por lo que se utiliza en convertidores catalíticos para reducir las emisiones contaminantes de los automóviles. Pero también es muy caro, por lo que los ladrones roban convertidores catalíticos. Aunque es poco probable que delincuentes roben materiales a base de platino de un reactor de pirólisis humeante, tratar de reciclar plásticos con estos catalizadores aún requeriría una inversión significativa: millones, si no cientos de millones de dólares, según Rabnawaz. Y los catalizadores actuales no son lo suficientemente eficientes como para justificar estos costos.
En trabajos anteriores, Rabnawaz y su equipo demostraron que el óxido de cobre y la sal de mesa son catalizadores adecuados para la descomposición del poliestireno plástico. Pero ahora, tras nuevas pruebas, demostraron que la sal de mesa sola puede eliminar el subproducto de la cera en la pirólisis de las poli olefinas, polímeros que constituyen el 60% de los desechos plásticos. "Ese trabajo inicial fue importante, pero no estaba emocionado hasta que comenzamos a trabajar con poli olefinas", dijo Rabnagaz. "Las poli olefinas son enormes, y simplemente hemos superado a los costosos catalizadores".
Los investigadores también demostraron que la sal de mesa ayuda en la pirólisis de películas de plástico metalizadas, que a menudo se utilizan para el envasado de alimentos, como las papas fritas, que actualmente no se reciclan. Aunque la sal de mesa pura no superó a un catalizador de platino-alúmina, que el equipo también probó con láminas metalizadas, los resultados fueron similares, y la sal cuesta solo una fracción de eso. Sin embargo, Rabnawaz enfatizó que, si bien las películas metalizadas son útiles, son inherentemente problemáticas. Por eso él y su equipo está trabajando para reemplazarlas con materiales más sostenibles.
