El 20% de las muertes del Mundo están vinculadas a factores ambientales

Sustentabilidad

El dato surge de un documento conjunto de las sociedades española y portuguesa de medicina, que aseguraron que 9 de 10 diez personas del planeta respiran aire contaminado.

La quema de combustibles fósiles genera emisiones de gases de efecto invernadero que actúan como una manta que envuelve a la Tierra, atrapando el calor del sol y elevando las temperaturas. Las emisiones principales de gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático son el dióxido de carbono y el metano. Estos proceden del uso de la gasolina para conducir un automóvil o del carbón para calentar un edificio, por ejemplo. El desmonte de tierras y bosques también puede liberar dióxido de carbono. La agricultura y las actividades relacionadas con el petróleo y el gas son fuentes importantes de emisiones de metano. La energía, la industria, el transporte, los edificios, la agricultura y el uso del suelo se encuentran entre los principales emisores.

Frente a eso, la Sociedad Española de Medicina Interna SEMI y la Sociedad Portuguesa de Medicina Interna SPMI publicaron de un documento con datos sibre el cambio climático y la degradación ambiental. Según las entidades, los factores ambientales representan un 20% de las muertes planetarias desde 1970 hasta la actualidad, porque “9 de cada 10 personas respiran aire con altos niveles de contaminantes que superan los límites establecidos por la OMS” revela el documento.

La contaminación del aire, y el aumento de los alérgenos impulsan “el crecimiento de la incidencia de enfermedades cardio y cerebrovasculares, cáncer de pulmón, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, asma y alergias”. Con los cambios en la ecología de vectores, las enfermedades transmitidas por estos agentes van en aumento.

También advirtieron que “los peligros climáticos, meteorológicos e hídricos han representado el 50% de todos los desastres y el 45% de todas las muertes notificadas desde 1970” y se reconoce que “el cambio climático está teniendo impactos más fuertes y duraderos en las personas, con daño directo e indirecto a su salud mental y bienestar psicosocial. Estas consecuencias afectan especialmente a las poblaciones más vulnerables”. El documento consigna además que “los sistemas de salud deben aumentar la resiliencia climática y su sostenibilidad ambiental” y recoge que “los profesionales de la salud tienen una responsabilidad ineludible en este problema emergente”.