Mientras que muchos países están invirtiendo en tecnologías como el hidrógeno, Argentina ya está produciendo lo que algunos llaman el combustible del futuro: biogás.
Este combustible, generado a partir del estiércol animal, ha comenzado a cambiar la forma en que las comunidades rurales acceden a la energía, con un proyecto pionero en Carlos Tejedor, provincia de Buenos Aires, que ya está generando electricidad para unas 200 familias.
Un proyecto pionero en Buenos Aires que produce energía renovable
El proyecto surgió gracias a la visión de Luis Urdangarín, un productor ganadero de Carlos Tejedor, que en 2012 se asoció con los agrónomos Ezequiel Weibel y Martín Pinos para desarrollar un sistema innovador.
El proyecto se centra en la producción de energía eléctrica a partir del estiércol de unos 500 vacunos en su establecimiento, llamado «La Micaela». Este sistema no solo genera energía limpia, sino que también se asegura de que todo el proceso sea sostenible y respete el suelo.
La clave del proyecto es un biodigestor que descompone la materia orgánica a través de un proceso anaeróbico, es decir, en ausencia de oxígeno. El estiércol producido por el ganado se recoge y se introduce en el biodigestor, donde diferentes colonias de bacterias degradan la materia orgánica y producen biogás, principalmente compuesto por metano.
Este gas es luego convertido en energía eléctrica mediante un generador, y se distribuye a la red local a través de una cooperativa.
Energía para la comunidad y beneficios medioambientales
Actualmente, este proyecto alimenta a unas 200 viviendas, beneficiando a 800 personas del municipio de Carlos Tejedor. El impacto de esta iniciativa no solo se limita a la generación de energía, sino que también contribuye a la reducción de residuos orgánicos, al transformar lo que tradicionalmente se considera desecho en un recurso valioso.
Este proyecto ha demostrado ser un excelente ejemplo de economía circular, donde los desechos se reciclan de manera eficiente y sostenible.
Una de las principales ventajas del biogás es que su producción no genera gases de efecto invernadero, lo que lo convierte en una alternativa renovable y ecológica a los combustibles fósiles.
Innovación y sostenibilidad en el campo argentino que todos quieren
El proyecto, que requirió una inversión inicial de 4 millones de pesos, financiados en parte por un crédito del Banco Nación, marca un hito en la provincia de Buenos Aires como la primera planta de biogás de este tipo.
Para llevarlo a cabo, primero se mejoró la infraestructura del establecimiento ganadero, reemplazando los corrales de tierra por corrales de hormigón, lo que permite recolectar el estiércol de manera más eficiente.
Además, se instalaron sistemas de sombras y aspersores para mejorar el confort de los animales, un aspecto clave para asegurar un suministro constante y sostenible de materia prima para el biodigestor.
Un modelo para el futuro energético de Argentina
El éxito de este proyecto ha despertado el interés de otros productores y autoridades en Argentina, quienes ven en el biogás una solución viable para las crecientes demandas energéticas del país.
Con la capacidad de producir energía a partir de recursos locales y renovables, este tipo de proyectos puede jugar un papel crucial en la transición hacia una economía más verde y sostenible. Además, iniciativas como esta también ayudan a revitalizar las economías locales, creando nuevas oportunidades de empleo y desarrollo.
En resumen, mientras el mundo busca alternativas al petróleo y al gas natural, Argentina ya está liderando el camino con soluciones innovadoras como el biogás. Este combustible renovable está demostrando ser una opción viable para el futuro energético del país, transformando desechos en energía y mostrando que la sostenibilidad y la productividad pueden ir de la mano.