El Reino Unido anunció que “era bromita” su compromiso con el cambio climático

Sustentabilidad

Postergó medidas para reducir la contaminación y redobló su apuesta por los combustibles fósiles en el Mar del Norte
Rishi Sunak lo llamó “nuevo enfoque” sobre las políticas verdes del Reino Unido. Pero, en realidad, el primer ministro británico anunció que su gobierno borrará con el codo todos los compromisos firmados por Gran Bretaña sobre el cambio climático en el Cop26 (en la cumbre de Glasgow en 2021) donde su país se comprometió a tener cero emisiones para 2050. Su decisión abona el dicho acuñado por el escritor español Enrique Jardiel Poncela: “Los políticos son como los cines de barrio. Primero te hacen entrar, y después te cambian el programa”.

Concretamente el conjunto de medidas anunciadas, son las siguientes:

  • Aplazar en cinco años, hasta 2035 (en lugar del 2030), la prohibición de que las automotrices vendan vehículos a gasolina o diésel.
  • Prorrogar “mucho más tiempo” el cambio de las calderas a gas en los hogares.
  • Eliminar los planes para impulsar el uso de automóviles compartidos y el reciclaje.
  • Detener las medidas impositivas que incentivaban el reciclaje, los viajes en avión, al consumo de carne y que limitaban la circulación por carreteras.

Se trata decisiones electoralistas para intentar conseguir simpatías entre la clase trabajadora, dada la fuerte división de los conservadores ante un laborismo favorito para ganar las elecciones del año que viene. “Estamos comprometidos con el cero neto para 2050, y con los acuerdos que hemos alcanzado internacionalmente, pero haciéndolo de una manera mejor y más proporcionada”, anunció. Quien quiere entender, que entienda.

"Confío en que podamos adoptar un enfoque más pragmático, proporcionado y realista para lograr la neutralidad de carbono, lo que disminuye la carga de los trabajadores", dijo Rishi Sunak en una conferencia de prensa organizada apresuradamente después de que sus intenciones se filtraran a los medios. El principal anuncio afecta a los automóviles nuevos que funcionan con gasolina y diésel, que ahora estarán prohibidos para la venta en 2035 (y no en 2030), aunque tras este antecedente podría haber otra prórroga, y otra… y otra.

Con esta medida, el Reino Unido está "alineando su enfoque" con el calendario previsto en la Unión Europea, dijo sin sonrojarse Sunak, ante las críticas del sector automotriz. Sunak justificó la decisión afirmando que se hace pensando en las clases trabajadoras, para aliviar su carga económica y que deban gastar más dinero. Pero tanto los partidos de la oposición como los medioambientalistas criticaron duramente la decisión.

El mes pasado, el funcionario había anunció que su país volvía a recalcular su apuesta en favor de los combustibles fósiles y que iba a dar cien nuevas licencias para perforar el Mar del Norte después de cuatro años y dar facilidades fiscales a las petroleras para que vuelvan a invertir (y a contaminar). Sin embargo, la situación es un poco confusa porque los laboristas ya dijeron que revertirán la decisión si ganan las elecciones el año próximo. Y son los claros favoritos para ganarlas.

El giro climático de Sunak se entiende en clave electoral. Los conservadores aparecen en las encuestas como perdedores. Entonces Sunak subrayó: “No sería correcto pedir a la población que haga tantos cambios (de vehículo, de calentador) sin que haya un debate a nivel nacional al respecto”, afirmó. Y aseguró que supondrán ahorros de “5.000, 10.000 o 15.000 libras anuales (entre 6.125 y 18.400 dólares) a las familias británicas con medidas que no son necesarias”.

Greenpeace consignó que Sunak no lo hace por las personas trabajadoras, sino “por sus compinches del petróleo y del gas”. "Bajo el gobierno conservador, el Reino Unido pasó de ser un líder, a ser un rezagado en el cambio climático", sostuvo Greenpeace.