“Éramos pocos”, y reapareció el hexafluoruro de azufre

Sustentabilidad

Redescubren los daños del “hexafluoruro de azufre” (SF6). Se sabía que era “un villano” mucho peor que el dióxido de carbono (CO2) para el calentamiento global. Pero ahora los científicos dicen que su efecto es todavía peor de lo que se creía. Es cinco veces más pesado que el aire. “Vive” 3.200 años y descubren que es 24.300 veces más dañino para el medio ambiente que el CO2, pese a lo cual se lo utiliza sin empacho ni pudor en las redes eléctricas de alta tensión como gas aislante. Desde el punto de vista industrial, se lo genera en procesos de la “desgasificación” del aluminio, en la siderurgia (en la fusión de magnesio), y en los procesos fabricación de plasmas para la industria electrónica. Desde 2011 las industrias chinas prácticamente duplicaron sus emisiones.

El perjuicio causado por del gas era bastante conocido en el ámbito académico. Lo novedoso es la magnitud del daño, que fue estudiado por un grupo de universidades e instituciones gubernamentales chinas. La conclusión apareció publicada en la revista Nature Comunication. Es un gas que se evapora muy rápidamente originando una saturación total del aire, con graves riesgos de asfixia. Debido a esa rápida evaporación, se producen efectos de congelación por contactos con el líquido. Si se lo expone a temperaturas superiores a 204°C, se descompone en sustancias tóxicas como el ácido fluorhídrico, el dióxido de azufre y distintos sulfatos.

Según el informe, el SF6 tiene un poder de calentamiento 24.300 veces superior que el CO2. El metano, considerado hasta ahora uno de los gases más perjudiciales, produce efecto invernadero equivalente a “solo” 28 veces más que el CO2.

Claramente que el venteo del SF6 es mortal para el planeta, pero no es la principal fuente de contaminación atmosférica. Según diferentes estudios, entre los que se incluyen los de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el gas más destructivo de la atmósfera es el CO2 (dióxido de carbono), que nace del uso de combustibles fósiles, de la generación de energías no renovables y de otras actividades humanas contaminantes. Se estima que cada día se esparcen 100 millones de toneladas a la atmósfera. Esa fantástica liberación es tan enorme que, según los estudios al día de hoy, opaca la incidencia contaminante de cualquier otro químico aún cuando, como ocurre con el SF6, sea muchísimo más potente y duradero que el CO2.

Científicos chinos, sin cuentos

El trabajo fue firmado por el Programa Conjunto del MIT sobre Ciencia y Política del Cambio Global, la Universidad de Fudan, la Universidad de Pekín, la Universidad de Bristol y el Centro de Observación Meteorológica de la Administración Meteorológica de China. Esas instituciones estudiaron las emisiones totales de SF6 en China durante 2011-21 a partir de observaciones atmosféricas recopiladas desde nueve estaciones dentro de una red china, incluida una estación de la red del Experimento Avanzado Global de Gases Atmosféricos (AGAGE).

Según el estudio sobre el SF6, en el siglo XXI las concentraciones atmosféricas de SF6 aumentaron marcadamente junto con la demanda mundial de energía eléctrica, amenazando los esfuerzos mundiales por estabilizar el clima. Esa mayor demanda de energía eléctrica es particularmente pronunciada en China, que dominó la expansión de la industria energética mundial en la última década. Cuantificar la contribución de China a las emisiones globales de SF6 (e identificar sus fuentes en el país) podría llevar a esa nación a implementar nuevas medidas para reducirlas y, de ese modo, reducir, si no eliminar, un impedimento para el objetivo al que aspira el Acuerdo de París.

Las emisiones totales globales se determinaron a partir de cinco estaciones AGAGE "de fondo" relativamente no contaminadas y distribuidas globalmente, en las que participaron investigadores adicionales del Instituto Scripps de Oceanografía y CSIRO, la Agencia Nacional de Ciencias de Australia. Los investigadores encontraron que las emisiones de SF6 en China casi se duplicaron de 2,6 gigagramos (Gg) por año en 2011, cuando representaron el 34% de las emisiones globales de SF6. Pasaron a 5,1 Gg por año en 2021, cuando representaron el 57% del SF6 total global de las emisiones.

Este aumento de China durante el período de 10 años (algunos de ellos provenientes de las regiones occidentales menos pobladas del país) fue mayor que el aumento global total de las emisiones de SF6.