Descubren un yacimiento de hidrógeno blanco capaz de generar 10 años de electricidad gratis para todos los argentinos

Energías Limpias

Mitos y realidades de un impresionante descubrimiento reciente que convulsiona a la industria energética mundial
La región de Lorena (Francia) vuelve a estar en el foco de la industria energética. Allí se halló el mayor yacimiento del mundo de hidrógeno en estado natural (llamado “hidrógeno blanco”). En las proximidades del olvidado pueblito de Folschviller (4.100 habitantes), a 110 kilómetros de Luxemburgo (375km de París), conocido alguna vez por sus antiguas minas de carbón, fue hallado este depósito de hidrógeno.

Su potencial es gigantesco: al menos 46 millones de toneladas de hidrógeno. Según el consumo anual energético de Argentina, eso representa algo así como unos 10 años de electricidad gratis para todos, todas y todex. Pero, “el diablo esta en los detalles”, dice el proverbio.

El hallazgo se produjo accidentalmente, durante las pruebas de un novedoso sistema de perforación, llamado SySMoG: una sonda bajada mediante un cable arrollado en un cilindro (cabrestante) hasta profundidades de 1.500 metros. Lo novedoso de esa sonda es estar equipada con una membrana que le permite determinar los gases disueltos en el agua. Esos gases se extraen a la superficie. Ahí se analizan.

En este caso los técnicos estaban buscando parsimoniosamente que pasó en el planeta durante el período Carbonífero (entre 359 a 299 millones de años). Pretendían determinar la concentración de metano en el subsuelo, continuando con el viejo “proyecto Realtor” (que tiene ya una década). Y de pronto, “voilà”: se encontraron con sorprendente reservorio de hidrógeno blanco.

Para los legos en la materia, simplificando el tema, cabe consignar que el hidrógeno es un gas, de moda en el mundo, que promete sustituir gran parte de los combustibles fósiles responsables en gran medida del cambio climático. Puede usarse como combustible para vehículos o bien para generar electricidad en la fabricación de acero o cemento. Es el combustible estrella de los cohetes de la NASA, pero también en experiencias aterradoras como la del Zeppelin Hindenburg, que explotó en pleno vuelo en 1937. Es decir, es un combustible, y no un juego.

En 2018, la Agencia Internacional de la Energía emitió un informe donde aseguró que el 96% del hidrógeno que se produce en el mundo se consigue mediante combustibles fósiles. El carbón, el petróleo o el gas natural se combinan con vapor y se calientan a unos 800 °C para obtener dióxido carbono e hidrógeno. Ese CO2 resultante se libera a la atmósfera agravando significativamente el problema del calentamiento global.

Aunque el hidrógeno es incoloro, por convención se lo clasifica en 6 colores, según sus niveles de contaminación. De los contaminantes a los menos contaminantes primero están: el negro (producido a partir de la hulla, que es un carbón oscuro) y en segundo lugar el marrón (a partir de la lignita, que es un carbón de tono marrón). En tercer lugar, está el gris (el más usual por mundo actual, producido a partir del gas natural, con altas cantidades de CO2 emitidas durante el proceso). En cuarto lugar del podio está el hidrógeno azul (es lo mismo que los anteriores, pero el CO2 se lo almacena bajo tierra, como si se tratara de la tierra “atesorada” bajo la alfombra). En quinto lugar está el hidrógeno verde (resultado de electrólisis del agua con electricidad producida a partir de energía renovable). Y finalmente en sexto lugar está el hidrógeno blanco (presente, sin industrializar, en la naturaleza). Es decir que el hidrógeno blanco tiene, como inmensa ventaja, no requerir energía adicional para ser producido a partir de otros gases o moléculas. Precisamente eso es lo que se halló en las pruebas de Folschviller. Pero extraerlo, no es “soplar y hacer botellas”.

El contexto se completa al consignar que el único yacimiento del mundo adonde se explota hidrógeno blanco está el pozo de Bourakébougou, al oeste de Mali (Africa). La producción arrancó en 2014 y ronda 5 toneladas anuales, muy por debajo de 80 millones de toneladas producido por el hidrógeno gris en el mundo. Hay muchas otras reservas potenciales, todas sin explotar, que están en Estados Unidos, Australia y distintos países de Europa (Alemania, España, Finlandia, Islandia, Kosovo, Noruega, Polonia, Rusia, Serbia, Suecia, y Ucrania).

Los miembros del Laboratorio de GeoRecursos de la Universidad de Lorena y el CNRS (un organismo de investigación que es, para los franceses, como el Conicet para los para los argentinos) estaban tomando rutinariamente muestras de un hoyo de 1.250 metros hecho hace ya 15 años, para probar el nuevo sistema SysMoG (ya descripto). La sorpresa ocurrió cuando el dispositivo, además de detectar metano al 99% a los 650 metros, fue informando de mayores concentraciones de hidrógeno blanco a mayores profundidades. La concentración de hidrógeno disuelto resultó ser del 14% a 1.100 metros. Y del 20% a 1.250 metros. Por eso estiman que, cuando se profundice el hoyo a 3.000 metros, la concentración podría superar el 90%. Es la razón por la que este campo de Lorena podría contener hasta 46 millones de toneladas de hidrógeno blanco, es decir, más de la mitad de la producción anual mundial actual de hidrógeno gris.

Claramente existen desafíos para poder utilizar este hidrógeno. Primero, los científicos deben verificar si la concentración sigue aumentando a mayores profundidades. Para ello se disponen tomar muestras en otras tres perforaciones próximas al hoyo principal y verificar su existencia en esta cuenca de 490 kilómetros cuadrados. Luego deberán escarbar un hoyo de 3.000 metros, donde se intentará determinar porqué existe este hidrógeno ahí (se especula con la presencia de un mineral llamado “siderita” oxidada en reacción con el agua) a través del programa Regalor II a iniciarse en el primer trimestre de 2024. Explorar las posibilidades de extraer solo los gases de interés mediante la separación de gases en el fondo del pozo (el hidrógeno es un gas ligero que puede escaparse a través del más mínimo orificio). Y recién entonces, si todo va bien, deberán desarrollarse técnicas para extraerlo. Por lo pronto, la compañía francesa Française de l'Énergie ya solicitó un permiso de explotación minera en la región.