Las inversiones en energías limpias sumaron u$s1.100 billones.

Energías Limpias

El dato surge del informe 2022 de BloombergNEF cuando se invirtieron u$s495.000 millones
La inversión global en la transición a la energía con bajas emisiones de carbono sumó en total 1.100 billones de dólares en 2022, un récord y una enorme aceleración en comparación con el año anterior.

Ya que la crisis energética y la intervención normativa impulsaron un despliegue más rápido de tecnologías de energía limpia, según un nuevo informe de la firma de investigación, BloombergNEF (BNEF).

También por primera vez, la inversión en tecnologías con bajas emisiones de carbono parece haber alcanzado la paridad con el capital desplegado a favor de la oferta de combustibles fósiles. En su informe anual, Energy Transition Investment Trends, BNEF contabiliza el financiamiento que comprometen las empresas, instituciones financieras, los gobiernos y usuarios finales para la transición a la energía de bajo carbono. Casi todos los sectores cubiertos en el informe alcanzaron niveles récord de inversión en 2022, incluyendo la energía renovable, el almacenamiento de energía, el transporte electrificado, la calefacción electrificada, la captura y almacenamiento de carbono (CCS), el hidrógeno y los materiales sostenibles. Solo la inversión en energía nuclear no estableció un récord, manteniéndose prácticamente sin cambios.

La energía renovable, que incluye eólica, solar, biocombustibles y otros renovables, se mantuvo como el mayor sector en términos de inversión, logrando un récord de 495.000 millones de dólares comprometidos en 2022, un 17% más que el año anterior. Sin embargo, el transporte electrificado, que incluye el gasto en vehículos eléctricos e infraestructura asociada, casi superó las energías renovables, habiendo gastado 466,000 millones de dólares en 2022, un impresionante aumento interanual del 54%.

El hidrógeno es el sector que recibió el compromiso financiero más bajo, con solo 1,100 millones de dólares en 2022 (0.1% del total), a pesar del fuerte interés del sector privado y el creciente respaldo normativo. El hidrógeno es, sin embargo, el sector de crecimiento más rápido con una inversión que se triplicó durante el año anterior.

Los datos de BNEF demuestran que China fue, por mucho, el país que atrajo más inversiones para la transición energética, representando 546,000 millones de dólares o casi la mitad del total global. Estados Unidos llegó en un lejano segundo lugar, con 141,000 millones de dólares, aunque esa posición le habría tocado a la UE, si se tratara como un solo bloque, con 180,000 millones de dólares. Alemania mantuvo su tercer lugar, mientras que el Reino Unido bajó una posición, llegando en quinto lugar y Francia subió al cuarto.

Dentro del informe, BNEF también hace una estimación descendente de las inversiones mundiales en combustibles fósiles, incluyendo los sectores upstream, midstream, downstream y la generación a base de energía fósil sin CCS. Esta cifra, determinada independientemente para fines de comparación, se estima en $1,1 billones en 2022, igual que la cifra de inversión total en la transición energética. Esto marca la primera vez que la inversión en transición energética global ha coincidido con la inversión en combustibles fósiles, y se produce a pesar del crecimiento de la inversión fósil que provocó la crisis energética del año pasado.

A pesar de los impresionantes resultados de 2022, la inversión global en tecnologías que generan menos carbono sigue estando muy por debajo de lo que se necesita para enfrentar el cambio climático. Para que el mundo se encamine en la trayectoria hacia emisiones de CO2 “cero neto” en 2050, dicha inversión debe triplicarse inmediatamente, según BNEF. Incluyendo los 274,000 millones de dólares adicionales que se invirtieron en la red eléctrica, la inversión en la transición energética alcanzó 1.38 billones de dólares en 2022. En comparación, el mundo debe invertir un promedio anual de 4.5 billones de dólares durante el resto de esta década para seguir el escenario cero neto de BNEF.

El informe también halló que el total de la financiación corporativa en la tecnología climática fue de 119,000 millones de dólares en 2022. Esta categoría de inversión, no incluida en los 1.1 billones anteriores, describe la nueva financiación de capital recaudado por empresas de tecnología climática, ya sea por medio de la cotización en bolsa o inversionistas privados. La cifra representa una disminución del 29% desde el año anterior, impulsado totalmente por una caída en las ofertas públicas de acciones durante un año complicado en los mercados bursátiles globales. A pesar de la turbulencia, las financiaciones de capital de riesgo y capital privado se mantuvieron firmes, creciendo un 3% en el año.

BNEF también informa que la inversión en fábricas de energía limpia (inversiones en instalaciones de fabricación para tecnologías de energía limpia) creció a 78,700 millones de dólares en 2022, frente a los 52,600 millones en 2021. Las instalaciones de fabricación de baterías y componentes relacionados formaron la mayor parte de esto en 45,400 millones de dólares, mientras que las fábricas solares atrajeron 23,900 millones de dólares. China representó el 91% de las inversiones manufactureras en 2022, a pesar de que otros países hicieron esfuerzos para captar más oportunidades de energía limpia global.

Entre 2023-26, BNEF estima que la inversión en fábricas para tecnologías de energía limpia solo necesita un promedio de 35,000 millones de dólares por año, para seguir el compás de su Escenario Cero Neto. “Es poco probable que la capacidad manufacturera para las tecnologías de energía limpia sea el mayor impedimento para alcanzar el cero neto”, dijo Antoine Vagneur-Jones, responsable de los estudios de comercio y cadenas de suministro en BNEF. “Sin embargo, desde el punto de vista de la diversificación de la cadena de suministro, el panorama no ha cambiado mucho. China está invirtiendo con mucho más en la construcción de su cadena de suministro de energía limpia, y aún está por verse si otras regiones pueden captar una cuota significativa del mercado”.

En particular, Estados Unidos ha visto una ola de anuncios de fábricas nuevas o ampliadas para tecnologías de energía limpia en los últimos meses; sin embargo, estas aún no están representadas en las cifras de BNEF, que solo incluyen los proyectos de fábricas que están en operación.