¿Se logro realmente reciclar la ropa?

Sustentabilidad

Casi toda tu ropa terminará quemada o en un vertedero, pero los científicos están ideando nuevas formas de reciclar esas telas para fabricar ropa nueva o productos útiles. Sin embargo, un paso fundamental será averiguar cómo manejar las telas mezcladas que combinan diferentes materiales, principalmente algodón y poliéster, en una sola pieza de tela.

 Una vez que las fibras se mezclan, es difícil separar un material del otro para poder reciclarlo por separado.

Los investigadores de la Universidad de Delaware están proponiendo una nueva técnica de reciclaje que descompone tejidos mezclados mediante el uso de productos químicos y microondas. Los investigadores afirman que el proceso lleva 15 minutos y puede disolver cualquier mezcla de algodón, poliéster, nailon y licra en moléculas que pueden utilizarse para fabricar nuevos tejidos o productos como tintes, productos electrónicos y neumáticos.

Según Tasha Lewis, profesora clínica adjunta de estudios de moda y venta minorista en la Universidad Estatal de Ohio, las técnicas de reciclaje de tipo “cajón de sastre” como esta podrían ser una última línea de defensa para evitar que la ropa acabe en los vertederos. Existen otras soluciones para los residuos de la moda que son más sencillas y económicas: la gente puede comprar ropa de segunda mano y hacer que sus guardarropas duren más. Las empresas pueden hacer que las prendas sean más duraderas y fabricarlas con un solo material para que sean más fáciles de reciclar. Los textiles desgastados se pueden trocear y utilizar como aislante en los edificios.

Pero cuando no hay más opciones, el reciclaje químico podría ser la solución. “Esta sería la última etapa para los restos que no tienen otro uso”, afirma Lewis.

El estado del reciclaje textil

La necesidad de reciclar ropa se está volviendo más urgente junto con el auge de la moda rápida, el modelo de negocio en el que los minoristas producen rápidamente ropa barata y endeble para mantenerse al día con las tendencias de moda en constante cambio. El mundo desecha actualmente 92 millones de toneladas de ropa al año y solo una octava parte de esa cantidad se recicla, según un análisis de la Fundación Ellen MacArthur, una organización sin fines de lucro dedicada al reciclaje. El resto termina en vertederos o incineradores donde contamina el aire y el agua.

La mayoría de las prendas que se reciclan se “reciclan”, es decir, se trituran para convertirlas en un material menos valioso que se utiliza para cosas como relleno o aislamiento. Según la Fundación Ellen MacArthur, menos del 1% de todas las prendas se transforman en una nueva prenda de vestir.

Esa rara forma de reciclaje es clave para la visión de muchos ambientalistas y diseñadores de moda de un futuro en el que la mayoría de la ropa se fabrique con materiales reciclados y las mismas fibras puedan utilizarse una y otra vez en prendas nuevas.

“Lo ideal sería que si reciclemos todos los residuos textiles, tendríamos materiales suficientes para siempre y no necesitaríamos producir materiales nuevos”, afirma Miriam Ribul, investigadora principal en Circularidad de Materiales en el Royal College of Art de Londres.

Hoy en día, esto se hace en un pequeño número de instalaciones que toman telas viejas y las transforman en nuevas fibras e hilos. Así como el vidrio y el metal se pueden fundir y remodelar para formar nuevos productos, las telas sintéticas como el poliéster se pueden fundir en bolitas de plástico y transformar nuevamente en fibras. Y así como el papel se puede convertir en pulpa y enrollar en nuevas láminas, las fibras naturales como el algodón se pueden triturar e hilar para formar nuevos hilos.

La mayoría de estas plantas se centran en un solo tipo de material, como el algodón o el poliéster, y algunas tienen dificultades para encontrar empresas dispuestas a comprar sus hilos reciclados, que suelen ser de menor calidad que los tejidos nuevos. Renewcell, una start-up sueca que abrió una planta para convertir el algodón viejo en rayón nuevo en 2022, se declaró en quiebra en febrero.

¿Qué pasa con los tejidos mezclados?

El desafío es aún más difícil para los tejidos mezclados que deben separarse antes de reciclarse. “La industria de la moda no siempre es transparente sobre lo que hay en sus prendas”, dijo Erha Andini, autor principal del estudio de la Universidad de Delaware sobre el reciclaje de textiles mezclados. Es común que los minoristas tejan un poco de licra o nailon en las prendas modernas para que se estiren y mejoren el ajuste, pero no siempre lo indican en la etiqueta. Las empresas también rara vez enumeran los tintes y acabados que agregan a las telas para hacerlas resistentes a las arrugas o impermeables.

Para lidiar con prendas complejas hechas con materiales misteriosos, Andini y sus colegas desarrollaron un proceso de reciclaje químico que despoja a los tejidos de sus componentes moleculares. Mediante microondas y solventes químicos, los investigadores pueden romper los enlaces que mantienen unidas las fibras sintéticas, dejando atrás las moléculas básicas que se usan para hacer poliéster, nailon y licra, junto con fibras de algodón intactas. Las moléculas pueden convertirse nuevamente en fibras para ropa o usarse para fabricar otros productos como cinturones de seguridad y bolsas de aire.

A diferencia de los métodos de reciclaje existentes, los investigadores pueden utilizar esta técnica incluso si no saben exactamente qué contiene una prenda de vestir. Pero solo la han demostrado en un laboratorio. Dicen que puede llevar una década o más para que las empresas conviertan la idea en un negocio rentable.

Mientras tanto, dicen los expertos, la industria de la moda también debería pensar en otras formas de reducir el desperdicio, como fabricar prendas con un solo material para que sean más fáciles de reciclar y, en primer lugar, fabricar menos ropa.

“No podemos resolver este problema simplemente reciclando”, dijo Sophie Scanlon, especialista en textiles de WRAP, una organización británica sin fines de lucro que se centra en los residuos. “Realmente necesitamos abordar la cuestión de fondo: ¿por qué producimos y consumimos cada vez mayores cantidades de ropa?”